Parte 6

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~*~

Minho toca la bocina para que Amber se apresure, espera un poco y esta bosteza como si no estuviera conforme con la siesta que seguro se dio en una de sus clases.

Niega la cabeza al verla subir el auto y bostezar otra vez.

- Tienes sueño o hambre? – le pregunta inocente, quizá no tuvo tiempo de almorzar, sabía que cuando se ponía a practicar no paraba, como poseída.

- Tengo hambre – bosteza otra vez – vamos por unas hamburguesas si?

- A la orden! Pero después de depositar – Amber le mira feo – que? Te recuerdo que quedamos en esto ok?

- Seguro, la siguiente vez que te de algo de comer le pondré veneno para alienígenas.

- Eres mala! – hace un puchero, es que Amber le daba desayuno todos los días, incluso cuando ella le recogía, tenía una destreza con el volante único, la taza de leche con chocolate siempre llegaba intacta.

- Tu eres el malo!

- Aish! Está bien!

Conduce rápidamente hacia ese restaurante de comida rápida cercano al que siempre van a vaguear, mientras charlan o hacen algo de tarea. Bueno en su caso porque Amber casi nunca tenia tarea. Cielos, cuanto hubiera querido estudiar artes, baile y canto... ahí no tenían tarea.

- Oye, esta mañana me topé con tu sucia novia – le mira mientras come su exquisita hamburguesa y Minho hace una mueca de disgusto, del que Amber se ríe.

- Y te dijo algo?

- No, como crees! – se ofende de la nada – jamás dejaría que algo como eso se me acerque – se burla y Minho ríe abiertamente. Era Amber que parecía detestar a su prometida como si sólo hubiera nacido para hacer eso.

- No le digas así – la defiende sin querer y se muerde la lengua al ver la cara de burla de su amiga. Mierda.

- Que te puedo decir, dicen que cuando te enamoras te vuelves un idiota – Minho le mira feo – que? Es cierto y me gustaría mostrarte la cara de idiota que tienes.

- Como si tú nunca te hubieses enamorado – le pincha.

- Sí, pero no tanto como para tener la cara que tú tienes – se mofa.

- Cállate y trágate tu hamburguesa lo más rápido que puedas!

Amber se parte de la risa al ver a su amigo tan vergonzoso. Y sin decir nada mas solo se concentra en terminarse su deliciosa hamburguesa.

Se dirigen al banco y después de realizar el depósito se dirigen a su casa, pero en el camino inevitablemente tuvieron que pasar por el centro comercial y Amber movió cielo y tierra para convencerlo de que solo pasearan un momento. Ahora la veía comprar gorras, incluso algunas chaquetas y jeans. Como si mañana se terminase el centro comercial y nunca más pudiera volver a hacer compras.

- no pienso volver a confiar en tu palabra!

- Sabes que no la tengo cuando se trata de ropa – se defiende mientras le entrega una bolsa más que cargar.

- De paso hago de tu cargador!

- Y?

- Aish – no sabe que responderle a la muy sapa que le respondía descaradamente sin me menor sentimiento de culpa por tenerlo ahí como si fuera su esclavo.

Voy a Pagarte Lo Que QuierasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora