Parte 28

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~*~

Taemin despierta y se estira desperezándose. Sujeta su celular, lo enciende y lo primero que hace es pedirle a Zelo que vaya a su casa. Luego piensa bien y marca el número de su mamá.

- Holaaaa! Mi preciosura!! – contesta su abuela muy encantada haciendo que Taemin se sienta contento.

- Umma! cómo estas? – pregunta suspirando y preocupando a su abuela que prefiere no decir nada por ese extraño suspiro apesadumbrado.

- Bien, solo que recargados de trabajo por lo del festival de tu universidad – le cuenta contenta y Taemin sonríe al recordar los grandes campos con sembradíos de hermosas flores de muchos colores.

- Quisiera ir a ayudarles – hace un puchero que su abuela imagina a la perfección, pero no se siente bien al escucharlo suspirar una vez más.

- Mi niño lindo, tuviste algún problema? – le pregunta directamente y Taemin siente sus ojos aguarse.

- No – miente – pero quería preguntarte algo...

- Dime – Taemin vuelve a suspirar

- Alguna vez te invitaron a una fiesta y se olvidaron de ti?

- Eh? – su abuela se sorprende por la pregunta – que olvidaron recogerme?

- No, es decir, que si fuiste con alguien a una fiesta y luego te dejaron sola – pregunta triste y su abuela se siete incapaz de imaginar que rayos le estaba ocurriendo – y luego lo viste divertirse con alguien más...

- No, la verdad – ambos suspiran – pero creo que sería algo muy triste.

- Pienso lo mismo – vuelven a suspirar y Taemin escucha el bip de llamada en espera – Umma! me están llamando! Te llamo luego si? los amo!

- Nosotros a ti!! Cuídate mi niño!

- Ok, bye! – habilita la llamada entrante – hola Zelo, vendrás? – pregunta rápido.

- Sí, pero por la tarde, está bien?

- Sí! te espero – recuerda que apagara su celular para no tener que contestar más llamadas – ya sabes dónde está la llave.

- Ok!

Cuelga y apaga rápidamente el aparato. Enciende la televisión con la única intensión de silenciar un poco sus tormentosos pensamientos, y reír un poco para no sentir el dolor en su corazón. Pasa un rato y escucha que alguien está llamando a la puerta.

Se incorpora molesto, pero antes de ir a abrir la puerta se acerca a la ventana para ver si era a él a quién buscaban o a la señora anciana que era la dueña de la casa.

Mierda. Ve a Minho golpear su puerta. Siente un horrible dolor en el corazón, no estaba preparado para hablar con él, porque aún estaba demasiado confundido y dolido. Sale a decirle a la dueña que era para él y que no se molestara en abrir la puerta, que era alguien que no quería ver. Por suerte ella le comprende sin hacer demasiadas preguntas.

Se tiende sobre su futon y no puede hacer nada más que escuchar ese sonido insistente sobre la puerta. Desea que se vaya con todas sus fuerzas, porque Zelo llegaría y no quería que se vieran por nada.

Al fin ese sonido se detiene y se pone a llorar sin poder contenerse. Esa noche se lo había pasado de lo más horrible, le había ocurrido algo que jamás creyó que le ocurriría. Que jamás creyó que fuera posible si quiera.

Voy a Pagarte Lo Que QuierasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora