76 - Reencuentro

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Cuando quisimos llegar al sitio de Ubisoft, era algo tarde, por lo que decidimos irnos a comer a algún sitio. Y lo único que encontramos abierto a las 23:00 (Hora de L.A) era el autoservicio 24 horas. Habría que ir allá.

Cogimos patatas, Coca Cola, Monster suficiente para todo un regimiento, y como no, tanta comida basura que acabaríamos vomitando regalices (que también compramos). Fuimos a pagar, e intentaba entender el inglés que decían aquellos chinos mientras Rubius estaba detrás diciendo obcenidades

-Pene, pito, coño- decía Rubius, -Te daba por delante y por detrás, nena…- dijo, mientras terminaba de pagar, y salimos de la tienda

-No te comportas ni fuera de casa- dije, y abrí una lata de Monster -Eres como un niño pequeño-dije riéndome, y tomé un sorbo

-Soy un niño pequeño, Zelda Azul- dijo, imitando la voz de un niño, haciendo que me riera

-Pues un niño no tiene sexo al llegar a la habitación- dije, y anduve más deprisa hacia el hotel, dejándolo atrás a posta

-¡Oye, Zelda!- dijo Rubius con la voz normal, a lo que me paré y me di la vuelta -Que… quería decirte algo- dijo

-¿Qué es?- pregunté confusa -¿Es algo malo?-

-Es que, te preguntaba si querrías…- dijo

Otra vez aquel sentimiento. De como la respiración paraba, te sentías pequeña, y se te encogía el corazón. Lo miré, con los ojos brillantes, y sonreí. 

-¿Podemos ir a visitar a Mangel?- dijo, otra vez rompió mis esquemas, pero aún así, seguí con mi sonrisa

-Por supuesto, Rubius- dije

-Vale, pues le llamo-

-¿No te valdrá mucho?- pregunté, pero caso omiso. Ya estaba llamando

Ibamos andando, mientras Rubius llamaba a Mangel. Empezó a llorar como si de la nada, por lo que reí y le pasé un brazo por la espalda inconscientemente. Colgó, y me sonrió, mirándome. Y, a continuación, pasó un brazo por mis hombros, acercándome más a él. Sonreí y me sonrojé, todo hay que decirlo. 

Finalmente, llegamos al hotel de Mangel, tras muchas explicaciones y muchas confusiones. Pero eso sí, Rubius no se despegaba de mí, ni quitaba el brazo de mis hombros, lo que hacía que cada vez que preguntáramos a alguien, yo me sonrojara. 

Entramos al lobby del hotel, y subimos hasta el piso 15, puerta M. Puerta de Mangel. Llamamos tres veces, y oímos un leve ruido dentro de la habitación. Era Mangel gritando a los cuatro vientos y maldiciendo, por lo que reimos a mas no poder en voz baja.

-¡Me cago en la leche Merche! ¡¿Quién será a ehtah horah?! No dejan dohmí, cohoneh. To’l día llamando, y yo quiero dohmíh- dijo Mangel, acto seguido abrió la puerta, le sonreímos, y volvió a cerrar.

-¿Quien era, Mangel?- se oía una voz medio madurada desde dentro 

-Eran Rubiuh y la marvá’- dijo, y oímos que se paró en seco, y volvió a correr hacia la puerta -¡Rubiuh!- gritó Mangel

Reí sonoramente, y entré mientras aquellos dos estaban con sus arrumacos. Vi a Alexby tumbado en la cama, aburrido, y con el mando de la tele, y me miró, tras luego guiñar el ojo. Sonreí, negando y mirando hacia abajo, y me senté en la cama de Mangel, no sin antes arrancarle el mando de las manos a Alexby

-¡Hey, lo tenía yo!- dijo Alexby

-Te aguantas- y le saqué la lengua

La Chica Gamer [Rubius y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora