42 - "Te gusta, y no quieres admitirlo"

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Nada más me enteré de que Mangel y Rubius estaban allí, no dudé en poner la oreja. ¿De qué estarían hablando? No sé, pero debía ser serio al encerrarse en una habitación, y no decirlo en público. No era una pelea dubestepe como otras, o algo cómico tipo "eres mi hombre, no me engañes". No. Era algo serio. Así que lentamente, me acerqué a la puerta, y pegué la oreja

-Es que no me lo creo. Mi mejor amigo, traicionándome- decía Rubius

-¡Rubiuh cagondióh, que no he hecho náh! Solo he hablao con ella, pohque ehtaba trihte- ésta vez, era Mangel quien hablaba -Por el chiquillo-

-¿Y para qué os habéis encerrado en el baño? Y, ¡oh, que casualidad! ¡Justo después de que TÚ nos interrumpieras- dijo Rubius -Y lo de casualidad era sarcasmo-

-¿Quería que to'l mundo la viese lloráh, y que se lanzaran a ella como buitreh? Pohque tanto tu como yo sabemoh que pasa cuando una chica guapa ehta sola y trihte- dijo Mangel

-Lo sé perfectamente. Eso te estoy reprochando, joder- dijo Rubius, y pude oír un ruido de muelles. Se había sentado en mi cama, y lanzó un suspiro

-No hecho' náh. La'h dicho que no llorase, que cada día eh celebracióh- dijo Mangel, y otra vez se oyeron los muelles. También se había sentado en la cama

-Es que no sé porque estoy así...¡No lo sé!-

-Te guhta, y no quiereh ahmitirlo- dijo Mangel, y todo aquello me calló como un balde de agua helada

-¿Qué? ¿a mí? Bufff ¿qué? Bufff- decía Rubius

-Mucho buff y mierdah, peo bien que te quedahte besándola cihcuenta y cinco minutoh en el jacuzzi de Thouh ioputa- dijo, y se rió

-Ya, es que... que pechotes... gñé- dijo Rubius, a lo que yo me reí en bajo

-Anda, ioputa, ahora salgamoh, y vamoh a pasárnohloh bien-

-Hm Zí- dijo Rubius y muelles otra vez

Supe que estaban a punto de salir, y lo único que se me ocurrió fue lanzarme encima del sofá, y por consiguiente, encima de la gente, con comida. Yo sonreí, pidiendo perdón, a lo que todos reímos. Y mi ropa quedó manchada con la comida que llevaba la gente. Genial, simplemente genial. Y no tenía más ropa limpia. Me tendría que poner un chándal, y odio el chándal.

Me metí rápidamente a mi habitación, y supuse que no habría nadie, por lo que empecé a quitarme la ropa. SUPUSE. Pero, cuando estaba en ropa interior, alguien gritó desde mi cama. Y no pude evitar mirar a quién estaba en la cama, profanando mis sábanas de Mewtwo (que me habían costado 30,99€, las muy hijasputa ¬¬). Y grité. Como para no gritar, con lo que había ahí.

La Chica Gamer [Rubius y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora