53 - La fiesta de Mahe! (parte 3)

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Comieron el desayuno entre risas, mientras yo me veía algún dibujo que echaban. Al terminar dedesayunar, justamente, empezaron a llamar al timbre. Era hora de irnos a comer por ahí. Tanto Rubius como yo cogimos nuestros regalos, y los escondimos en la ropa, y bajamos abajo. Allí estaban todos, con los dos coches en segunda fila junto al coche de Mangel. Y de ahí, nos encaminamos a la estación de autobuses, pues tendríamos que ir a buscar a bastante gente conocida de Mangel que no vivía en Madrid, como por ejemplo, EDDisplay.

Al llegar a la estación, Thous empezó a bailar breakdance en el suelo mientras todos lo animábamos, para hacer algo de tiempo en lo que Óscar (EDDisplay) llegaba a Madrid. Todo iba bien, y sólamente faltaban cinco minutospara que el autobus de Oscar llegase a la capital, cuando un autobús se paró delante nuestro, y empezó a bajar gente. No le dí importacia, ya que sólamente estábamos allí por EDDisplay y no queríamos montar mucho escándalo (aunque creo que ya lo habíamos montado, con eso del breakdance), y de pronto, vimos que un chico moreno y con un gorro en la cabeza (me sorprendió, la verdad, porque era mayo y hace un calor…) vino avanzando hacia nosotros con un pantalón pirata. Un bañador. Sonreí, ya que dí gracias a que me acordé de preparar el bañador para después, y todos avanzaron hacia él. Sí, me quedé como ida, y me dejaron atrás.

Corrí un poco hasta llegar al grupo, que estaban ahí saludando y abrazándose con aquel chico de ojos chocolates, incipiente barba, y dilataciones. Pude ver que tenía algo de pelo negro saliendo del gorro en varias direcciones, por lo que supuse que lo tenía bastante alborotado. Sonreí al incorporarme a aquel grupo de todos tíos, y me puse al lado de quien conocía más, Mangel, pues Rubius estaba saludando a su amigo. Estuve hablando con Mangel un pequeño rato, no más de un minuto, cuando oí que me llamaban. Giré la cabeza, y ahí estaba mi Link Noruego (¿desde cuando es mío? Bah, no se…) llamándome, con su brazo alrededor de los hombros de aquel recién llegado.

-Ven, Zelda Azul, que te voy a presentar- dijo Rubius -Él es Óscar, EDDisplay o Eddy, como prefieras llamarle. Eddy, ella es _______, la chica nueva del grupo-

-Encantado ________, es un placer conocer a tal belleza con el pelo azul- dijo Eddy coqueteando, y pude ver una mirada en Rubius que nunca antes había visto

-¡Vámonoh a coméh, que tengo hambre!- gritó Mangel de repente -Somo loh chungoh changoh deh chengue!- dijo, imitando el acento mexicano, a lo que yo me reí

Salimos de la estación de autobuses camino a algún restaurante o a algún sitio para comer. Por el camino, notaba no sólo una, si no dos miradas en mi nuca. Me incomodaba. Intenté concentrarme en la conversación sobre skate con Japero y Mario, pero fue imposible. Rubius y Eddy me miraban desde atrás.

Cuando quisimos llegar al restaurante, las ganas de comer estaban más vivas que nunca, cobre todo las mías. En aquellos momentos podría comerme una vaca entera. Entramos al restaurante, y pude ver que Manges se había esforzado, y de qué manera. El restaurante era a la carta, y cada uno podía pedir lo que quisiese. Se me hizo la boca agua.

Nada más entrar, nos guiaron arriba, tal vez para que no molestáramos a la gente de abajo. Aunque estaba segura de que lo haríamos. Nos sentamos, y personalmente, quería alejarme un poco de las miradas de Rubius y eddy, y ponerme al lado de Thous o de Arthasare, pero no pude. Intento fallido. Los dos a mi lado. No se puede tener peor suerte.

Pedi de primero un poco de ensaladilla, y mientras la traían preparada, me serví un poco de vino (hay que beber bien durante las comidas). Trajeron mi primer plato casi al instante, y justo cuando iba a hincarle el diente, Eddy y Rubius se levantaron de la mesea y se alejaron juntos. ¿WTF?

Me levanté de la mesa también, con la escusa de que tenía que ir al baño. Total, la ensaladilla más fría no se iba a quedar. Y, buscando por los rincones de todo el restaurante, finalmente los encontré a los dos, escondidos detrás del jardín de atrás.

Me acerqué sigilosamente, para poder oír lo que decían (a día de hoy, sé que se llama “ser cotilla”). Y de lo poco que escuché, me quedé anonadada. 

La Chica Gamer [Rubius y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora