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Flashback

Cerraba la puerta con seguridad y nos enfrentabamos cara a cara en un espacio mas reducido que un baño público. Me sentía aterrada, mis manos temblaban al mismo tiempo que sudaban como si hubiese corrido una maratón con ellas y no se podía ocultar, ni siquiera él lo hacía siendo que minutos atras se veía como el líder de sus amigos; seguro y relajado.

-Hola -soltó tímidamente.

-Hola- respondí intentando desviar la mirada.

Que dificil era no mirarlo cuando era tan increíblemente hermoso para su edad, y sin mencionar que estabamos rodeados por abrigos y sombreros casi en toda la cara. Que linda forma de conocer a alguien.

-Bueno.. creo que debemos besarnos- soltó luego de unos incómodos segundos.

-Eh.. sí, eso creo- respondí mirando mis manos sudorosas.

Cerré mis ojos con fuerza esperando que se acercara y acabara pronto con este sufrimiento, ya ni siquiera me importaba si esto se volvía algo mágico e inolvidable como había soñado. Sólo necesitaba salir de este armario que me estaba afixiando de tanta ansiedad.

-No puedo- dijo el chico, haciéndome abrir mis ojos.

-¿Qué?- pregunté confundida.

-Lo siento es que.. nunca he besado a nadie.

Sorprendida, sonreí al escuchar su sincera confesión. El castaño agachaba su cabeza con vergüenza, era un amor.

-Eso es gracioso porque yo tampoco- reí alzando los hombros. Subió su mirada y conectó sus ojos con los mios por primera vez.

-¿En serio?- sonrió aún con sus mejillas coloradas. Yo asentí-. Que bueno, ya no me siento un tonto- rascándose la nuca.

Solté una carcajada, este chico parecía ser tan puro y sencillo, aún cuando por fuera se viese tan seguro de sí mismo.

-Que estupidez esa de hacernos sentir presionados por ser expertos en besos- reí alzandome de hombros. Él rió de vuelta.

-Sí, sólo somos chicos. Tenemos muchisimos más años para vivir este tipo de cosas- decía con total soltura, ya no se veía tan incómodo.

Unos cortos pero intensos segundos volvieron a tensar la situación, no sabía que decir.

-No es necesario que nos besemos igual, podemos salir y fingir que lo hicimos - sugerí mordiendo mi labio inferior. Él parecía estar de acuerdo.
-Está bien- sonrió agradecido.

Estaba apunto de girar la perilla de la puerta cuando siento su mano encima de la mía, evitando abrirla.

-¡Espera!- suelta el castaño. Lo miré confundida-. ¿No es mejor que aprovechemos lo inexpertos que somos para salir pronto de esto? Digo, ninguno de los dos ha besado a nadie, qué mejor que solucionarlo con alguien que sabe menos que el otro-sugirió con total confianza-. Claro, si tú quieres.

Alcé mis cejas sorprendida de la propuesta del chico, no podia mentir y decir que me sentía cómoda y feliz porque de sólo escuchar su cambio de opinión se me apretó toda la panza. Mis manos comenzaron a sudar nuevamente y la ansiedad volvía a robarme el oxígeno.

-C-creo que tienes razón- respondí casi balbuceando.

Lamí mis labios totalmente nerviosa, iba a tener mi primer beso realmente y con el chico que me había flechado con sólo una mirada. Apenas le conocía pero ya quería saber cual era su color favorito y si le ponia la leche al cereal o el cereal antes que la leche.

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