Ambos chicos esperaban impacientes en la sala de familiares, mientras su amiga era atendida por una amable enfermera. Michael por un lado, se encontraba sentado cabisbajo en una de las bancas azules, pensando en lo
culpable que se sentía por el accidente de Carolina. Ahora su amiga realizaba unas cuantas radiografías para comprobar si existía alguna fractura, o simplemente el golpe había provocado tal inflamación. Por otra parte, Agustín guardaba silencio apoyando sus codos en un mesón frente a un diario mural lleno de panfletos sobre higiene, agitando su pierna nerviosamente.
—Todo esto es tu culpa —escupió Agustín, perdiendo la paciencia.
—¿Mi culpa?
—Sí —recalcó con seguridad—, si no fueses tan insistente con Carolina no estaríamos acá.
Mike se levantó irritado con intención de empujar a su contrincante, pero afortunadamente un enfermero pasó por su lado haciéndole reaccionar. No podia iniciar una pelea dentro de un hospital.
—¿Por qué no admites que aún te gusta? —insistía el castaño, buscando provocarlo.
—¿Y eso en qué te incumbe? ¿Por qué te importa tanto? —respondió Michael, conteniendo sus ganas de partirle la mandibula.
—Porque juegas con mi hermana.
Mike chasqueo su lengua.
—Por favor.. ¿podrías inventar algo más creíble, o no será que también te gusta Carolina?
—Puede ser —confesó.
—Que lastima entonces, porque las únicas personas que Caro podria querer sólo son los de su familia. ¿O piensas que tienes alguna posiblidad?
—No lo sé —negó rápidamente—, pero sé que me quiere.
Mike tambaleó en su lugar y guardó silencio por unos momentos, no sabía si ayudarle entregándole un par de consejos, o simplemente jugar a salvarse el pellejo.
Estaba consciente que no tenía oportunidad con la chica de sus sueños, se lo había dejado claro hace unas cuantas semanas atrás y ya no quería insistir. Pero su instinto protector le empujaba a cuidar de ella para que nadie se atreviese a romper su bonito corazón. No sabía que hacer. Sentía envidia, era cierto, pero no podía negar que sabía que Agustín era un buen chico para ella.—Se necesita ser valiente para querer a Carolina —agregó Michael, con su voz mas pacífica—, y si estás dispuesto a correr el riesgo de ser rechazado, entonces adelante.
Agustín dibujó una discreta sonrisa ladeada. ¿Acaso le estaba dando su visto bueno?
Sólo una cosa tenía en claro, no podía luchar con una persona que tenía mil puntos de ventaja sobre él, la conocía a la perfección mientras que él no sabía nada de ella. Tenía razón, le faltaba más que sólo valentía.
—¿Caro alguna vez se enamoró? —preguntó curioso, viendo que la tensión comenzaba a deshacerse.
—Nunca —respondió Michael, dejándose caer sobre el asiento. Agus le siguió y se sentó a su lado—, lo único que sé, es que la única persona que realmente le gustó fue un chico que ni ella conoce.
El castaño de ojos color miel sacudió su cabeza con sorpresa, interesado en saber mas de ello.
—Espera, ¿qué chico? ¿y cómo sabes sobre eso?
—Lo confesó en su primera borrachera, balbuceaba algo del "chico del armario" y no sé qué.
—¿Primera borrachera? —preguntó aún más sorprendido—. Creí que no le gustaba el alcohol.
—Por eso no le gusta, se embriagó con una simple cerveza y odió la sensación de resaca a la mañana siguiente —se echó a reír.
Agustín guardó silencio dejándose caer de espalda al asiento, y su cabeza apoyada sobre la pared. Estaba impresionado, habían demasiadas cosas que desconocía.
No podía creer que el único contacto entre Carolina y el amor, había sido en aquella ocasión dentro de un armario, donde ambos sin saber estaban dando su primer beso. ¿Debería sentir el privilegio de haber sido ese chico?—¿Puedo hacerte otra pregunta? —agregó Agustín.
—Claro.
—¿Por qué no le gustan los hospitales?
Mike, quien había alzado su mirada para responder, bajó nuevamente hasta sus manos reposando en su regazo. No quería hablar de ello porque no le correspondía, pero era necesario.
—No debería ser yo quien te lo cuente —soltó el muchacho en voz baja—, pero Caro pasó demasiado tiempo en este lugar.
—¿Estaba enferma? —preguntó inseguro.
—No, no era ella —tragó pesado—, su madre perdió un bebé.
—Oh —sólo eso fue capaz de responder, sentía la noticia como un golpe en el estómago.
—No sé mucho sobre el tema porque Carolina no suele hablarlo, pero dijo que su madre tuvo un embarazo muy complicado. Pasaba mucho tiempo en citas con el médico, otras en urgencias y finalmente en el quirófano a los 6 meses —continuó.
—N-no sé que decir —balbuceó.
—Es por eso que se encierra en esa burbuja, donde no quiere amar a nadie que pueda salir de su vida. Ella adoraba a ese bebé en camino y el perderlo afectó mucho su corazón —agregó con tristeza—. Aún así, odia sentirse sola.
—Ahora entiendo todo —negó Agustín con su cabeza—, no ha podido cerrar la herida.
—Y dudo que lo haga, sólo necesita espacio o tiempo, no lo sé.
Un enfermero apareció por la puerta e ingresó a Carolina sentada en una silla de ruedas. La muchacha traía una gran bota de yeso que llegaba hasta más abajo de la rodilla, y unas muletas que usaría posteriormente para irse a casa, pero aún así no borraba esa radiante sonrisa tomando su pequeño accidente con humor. Sus amigos se levantaron a la vez y se acercaron a ellas, pero Mike tomó firme a Agustín del brazo y susurró una advertencia:
—Por favor no le digas nada sobre el tema, no quiero verla triste.
—Lo prometo —asintió.
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Holaa, sé que es corto pero era una continuidad del capítulo anterior. Tuve que dividirlo para no hacerlo taaan largo, pero espero lo hayan disfrutado 🌹 espero sus comentarios.
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Si tú quieres
Fanfiction*ESTA HISTORIA ES DE GÉNERO FANFIC, PERO PUEDE CLASIFICARSE COMO ROMANCE SIN PROBLEMAS, ¡ADELANTE!* ˗ˏˋ historia completa ˎˊ˗ El primer beso suele ser inolvidable y Carolina lo tenía más que claro. Tan perfecto como en sus más intimos sueños, o tan...