N/A: este capítulo será parte de una mínima maratón de dos partes asi que, a disfrutar.
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-El toque final- poniendo el último detalle de frosting sobre el pastel-. Listo.
Di un paso hacia atrás para contemplar mi creación y aplaudí sutilmente en celebración. Era una belleza.
Lo tomé con cuidado y lo metí a la nevera.No podía esperar a ver la cara de ternura de Agustín cuando lo viese terminado. Seguro se derrite de amor.
Dejé todos los trastes sucios dentro del lavaplatos para lavarlos más tarde, primero debía limpiar todo este desastre.
Estaba todo el piso lleno de harina, bueno.. también un poco de frosting y mostacillas comestibles que tiré sin querer al practicar las decoraciones, no era la gran experta pero hice mi mayor esfuerzo, al menos para hacerlo presentable.Limpié cada una de las encimeras con un paño humedo, luego fui por la escoba para comenzar a barrer. La abracé con mis manos y apoyé mi barbilla en ella. No sabía por donde empezar, estaba todo igual de desastroso, tanto que seguro me daba un paro cardíaco en cualquier momento.
Inhalé profundo y comencé a barrer. Primero por la cocina procurando limpiar cada extremo. Luego la sala donde seguía durmiendo muy plácidamente el culpable de todo este chiquero, con su carita de "yo no hice nada malo". Como odiaba esa carita.
Lo miré apretando los labios mientras negaba con la cabeza. Quería enojarme pero no podía, era imposible.
Comencé a barrer con fuerzas, procurando hacer el mayor ruido posible. Si no lograba enojarme en serio, al menos lo despertaría de una forma fastidiosa.-Te pareces a mi mamá- dijo con voz somnolienta, en medio de un bostezo.
-Ah, hasta que por fin te dignas a despertar- me detuve con la escoba entre mis manos.
-Ahora te pareces más- bromeó. Apreté mis labios inflando mis mejillas para evitar reirme. -Bueno perdón, sólo era para reírnos un rato, nada mas.
-Está bien- respondí barriendo los ojos- Ven, tengo algo que enseñarte.
Solté la escoba dejándola en una de las esquinas y le invité hacia la cocina.
-Cierra los ojos- le ordené-. Pero sin trampas, eh.
-Bueno- resopló, cerrando sus ojos.
Abrí la nevera y saqué con cuidado el pastel. Lo puse sobre la encimera y crucé los dedos escondidos en mi espalda.
-Ya los puedes abrir.
Agustín abrió sus ojos y se quedó un par de segundos mirándolo con una expresión que no pude descifrar. Luego, infló sus mejillas hasta explotar en risa.
-¿De qué te ries? - pregunté haciendo pucheros-. No quedó tan mal.
-No es eso, pero- apretaba los labios para contener la risa- ¿Por qué tantas florcitas, corazones y unicornios?
-Ah, bueno- me detuve a observar la decoración un momento-. Estaba por hacer una princesa pero se me acabo el frost-
-No no, no me refiero a eso- me interrumpió-. A ver, te voy a hacer una pregunta.
-Claro, dime.
-¿Qué edad crees que tiene mi hermana?
-No estoy segura, unos 7 u 8. Tal vez menos- respondí dudosa.
Agustín rió a carcajadas nuevamente.
-Caro- dijo el castaño, intentando retomar la seriedad-. Mi hermana cumple 22.
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Si tú quieres
Fanfiction*ESTA HISTORIA ES DE GÉNERO FANFIC, PERO PUEDE CLASIFICARSE COMO ROMANCE SIN PROBLEMAS, ¡ADELANTE!* ˗ˏˋ historia completa ˎˊ˗ El primer beso suele ser inolvidable y Carolina lo tenía más que claro. Tan perfecto como en sus más intimos sueños, o tan...