Capítulo 16

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-Sí, claro- se echó a reir a carcajadas-, no te hagas la graciosa, dale cuentame.

Me miraba totalmente incredulo, apretando sus labios para evitar explotar en risa.

-¿De que te ríes?- pregunté alzando una ceja- Te estoy hablando en serio, Agus.

-Caro, por favor- ladeando la cabeza-, seguro no me quieres contar.

-¡Te digo que estoy hablando en serio, Agustin! ¿por qué no me crees?

-Porque es imposible, Caro- respondió con todo de obviedad-. Seguro lo dices porque te gustó el beso de anoche, estás confundida.

Sacudí mi cabeza levemente, tomándome por sorpresa.

-¡No tiene nada que ver con lo de anoche!- me defendí, hablando mas rápido que lo usual. Agus se cruzó de brazos

-¿Qué tan pequeño es el mundo para que fueses precisamente tú?

-¡Pequeño! ¡Muy pequeño!- exclamé comenzando a molestarme-, ¿quieres que te lo demuestre?

Lo mire desafiante, comenzaba a sacarme de mis casillas.

-¿Me vas a besar?- alzó una ceja.

-¡No!

-¿Entonces?

Cerré mis ojos e inhalé profundo, estaba demasiado alterada.

-¿Por qué crees que Ana y Valentina se conocen desde antes que nosotros? ¿Y por qué la chica que besaste también tenía ojos verdes como yo? ¿Recuerdas como vestía la chica? Yo sí, remera blanca y falda a lunares.

Agus abría su boca cada vez mas grande.

-¿Y sabes lo que más recuerdo?- pregunté apuntando su pecho con un dedo-, tus labios sabían a refresco de naranja.

Me crucé de brazos esperando su reacción. Agus seguía atonito con su boca entreabierta sin decir palabra. Fruncía las cejas observando a la nada, mientras yo continuaba viendolo como una triunfadora.

-¿Y..?- solté luego de un par de segundos?-, ¿ya me crees?

-Te busqué tanto y ahora estás frente a mi como si nada- respondió aún en shock- Eras tú.

-¡Es lo que decía!- rodando los ojos, con tono de obviedad.

-¡Eras tú!- reiteró, abrazandome de repente, cayendo juntos de espaldas al cesped.

Me tomoy desprevenida, abrí mis ojos como plato mientras tenía todo el peso de Agustín sobre mi cuerpo. A pesar de la incomodidad de la posición, disfrutaba la alegría con lo que se tomaba la noticia. Estaba feliz.

-¿Por qué no me lo dijiste antes, tonta?- me preguntó alegremente, mientras me acorralaba con ambas manos a los lados de mi cabeza, como si hiciera lagartijas con mi cuerpo debajo.

-E-eh eh, no lo sé- balbucee, me sentía tan incómoda y avergonzada con Agustin prácticamente encima de mí. Miraba hacia cualquier otro lugar para no chocar con sus ojos.

Se levantó con rapidez y estiró su mano para ayudarme a poner de pie junto a él.

-¿Desde cuándo lo sabes? No me digas que desde siempre.

-Muy poco, desde ayer casi- soltando una risita forzada, mientras me rascaba la nuca.

No quería admitir que llegué a esa conclusión con tantos deja vus y el beso para remate, pero me sorprendía la felicidad que irradiaba con esta confesión. Al principio pensé que se burlaría o le parecería una estupidez de recuerdo, pero me sorprendí gratamente.

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