Los días seguían pasando y Mike parecía estar decidido a no hablarme jamás. Lo sé, sé que lo merezco por irme de una manera tan insensible, sin mencionar la parte donde rompía su corazón. Sin embargo, no podía evitar sentirme herida cada vez que pasaba por mi lado sin siquiera dirigirme la mirada. Yo simplemente había dejado de existir.
Hoy se cumplían tres semanas exactamente desde aquel incidente en el lago, los chicos intentaban contenerme diciendo las típicas frases que no consolaban a nadie: "ya se le va a pasar" y "todo va a estar bien", pero no servían de nada.-¡Deja de estarlo viendo!- me regañaba la pelirroja, golpeando mis manos sobre la mesa.
-No puedo.
Los almuerzos se habían convertido en algo triste, casi la peor parte del día sino fuese por Agustín que insistía en subir mi ánimo con su música tonta.
Veía a Mike tan solo, comiendo en una mesa apartado de todos mientras nosotros acá reíamos a carcajadas por cualquier estupidez que decía Agustin.
La culpa se sentía como una patada en el estómago.
-¡Carolina!- insistía Ana.
-Ya déjame, ¿acaso no puedo vivir mi duelo en paz?- cruzándome de brazos.
-No seas exagerada- rio Jorge-. Tienes que entender que aún esta procesando la humillación de declararse y no ser correspondido, ¿o crees que fue fácil para mi decirle a Ana que me gustaba?- pasando su brazo por el hombro de la pelirroja.
-Lo sé- bufé-. Pero, ¿cómo va a tardar tanto?
-Dale tiempo- soltó Ana, acurrucada en el pecho de su novio.
-Esta bien- respondí con una mueca.
Los chicos tomaron sus mochilas y se levantaron de la mesa, habíamos terminado de comer y debían regresar a su siguiente clase. Yo en cambio tenía la tarde libre, solía acompañarlos en el almuerzo para no llegar a cada y tener que comer en plena soledad.
Asi que me despedí de los chicos para retirarme cuando Agus me detuvo.-Recuerda que tenemos algo pendiente.
-¿Pendiente?- pregunté confundida-. ¿Qué cosa?
-¿Ya te olvidaste de nuestra venganza?- rio.
-Oh, cierto. Me había olvidado.- reí de vuelta-. Creí que sólo lo decíamos bromeando, ¿en serio quieres vengarte?
-Claro, no sabes lo terrible que fue conocerte.- bromeó.
-Eres un tonto- golpeando su brazo. -Ve a mi casa más tarde, allí pensaremos algo.
-Genial, nos vemos allá.
Tomó su mochila, y se despidió besando mi mejilla como siempre.
Adoraba que hiciera eso, cada vez que me besaba en la mejilla me recorría un escalofrío especial por el cuerpo, algo que únicamente me pasaba con él. No sé, trataba de no pensar tanto en ese detalle, no quería comenzar a confundir las cosas y arruinarlas como ya tenía por costumbre.
Agustín era un chico adorable, payaso pero adorable en todo el sentido de la palabra. Amaba su estilo para vestir, su forma de expresarse y esa particularidad para hacer divertido hasta lo más mínimo e insignificante. En tan poco tiempo se había convertido en alguien importante en mi vida, esa persona en la que sabes que podrías confiar si la necesitaras a las cuatro de la mañana.
Siempre se había mostrado atento, dulce, respetuoso y por sobretodo gracioso. Tanto así que no se esforzaba mucho para hacerme sonreír en mis días grises.Al principio dude de "la gran idea" de los chicos en presentarme a uno de sus amigos, sobretodo porque conocía la mayoria de ellos y eran todos unos pelmazos. Algunos incluso ya habían intentado ligarme pero los rechazaba a los diez minutos de insinuarse.
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Si tú quieres
Fanfiction*ESTA HISTORIA ES DE GÉNERO FANFIC, PERO PUEDE CLASIFICARSE COMO ROMANCE SIN PROBLEMAS, ¡ADELANTE!* ˗ˏˋ historia completa ˎˊ˗ El primer beso suele ser inolvidable y Carolina lo tenía más que claro. Tan perfecto como en sus más intimos sueños, o tan...