Capítulo 17

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El año estaba por terminar, se avecinaban las fiestas y los tiempos de examenes finales junto a ellas. Los chicos se encontraban nuevamente a la hora del almuerzo, sentados juntos en armonía, mientras Agustín tocaba su pequeño ukelele, improvisando una corta canción sobre los rizos de Jorge. Ana se agarraba la panza riéndose a carcajadas, mientras Carolina cubría su rostro sobre la mesa intentando calmar su risa.

-¿Me la podrías enviar mas tarde?- decía la pelirroja, aun con los ojos llororosos de tanto reír-, la quiero poner de tono de llamada.

-¡Que gracioso!- respondía el de rizos, con una voz chistosa y sarcástica.

Parecían disfrutar del grato momento hasta que un alto y delgado muchacho se detiene a un costado de Jorge. Todos elevaron la mirada hacia él.

-¿Me darían un momento para hablar con Carolina?- preguntó tímidamente. Las risas cesaron y todos se miraron entre sí sin saber que decir.

-C-claro Mike- dijo la castaña, levantándose nerviosa.

Se alejaron hasta llegar a otra mesa, suficiente para que no escucharan su conversación. Agus los observaba atento a cualquier movimiento.

-No seas tan obvio- dijo Jorge, dándole una leve cachetada en la mejilla para que dejara de mirar.

-Sólo estoy cuidandola- respondió sin quitar la mirada.

-Tranquilo- rió Ana-, Mike no es ningún psicópata.

-Sí, de seguro están haciendo las pases o que sé yo- comentó el de rizos, mientras continuaba comiendo de su almuerzo.

-¿Y si en realidad le está metiendo ideas a la cabeza?- decía Agus, mirando a ambos chicos a la vez-, también podría ser.

Ana y Jorge se miraron pícaramente.

-¿No será que tienes miedo de perderla?- bromeó Ana.

-¿Si, no será que te gusta Caro?

-Claro que no, ella es como mi segunda hermana.

-Que raro- dijo la pelirroja, con tono irónico-, yo recuerdo haberte visto bastante sonrojado luego de salir del armario en la fiesta. Eso no te pasa pensando en tu hermana.

Jorge rió y pasó un brazo por el hombro de su novia.

-Tiene razón- agregó el de rizos, encogiéndose de hombros.

-Que exagerados, eso le pasa a cualquiera. Hacía mucho calor- se excusó, echándose una papa a la boca.

Ana rodaba los ojos y Jorge negaba con la cabeza, como si pensaran lo mismo.

-¿Entonces en serio no te gusta?- insistió el chico.

-Ya dije que no. Además, anoche Caro me contó algo.

-¿Qué cosa?- preguntó Ana curiosamente.

Agustín comenzó a relatar todo lo que habían vivido hace 6 años, y la forma en que se había enterado. La pelirroja no paraba de cubrirse la boca de impresión y emoción. No podía creer como ella misma no lo había notado estando tan cerca de la verdad.

-¡Pero eso es genial! Muchísimo mejor si ya se conocían- decía eufórica-. ¿Cómo es que Caro no me contó?

-No, no es mejor. Piensen, qué posibilidades hay de encontrarte con alguien después de tanto tiempo y en la misma situación.

-¡Entonces debe ser una señal!

-No Ana, entre Caro y yo no puede pasar nada- respondía el castaño-, escuchen. Ese día me ilusione un montón con ella, me pareció que tenía algo especial pero fue sólo de momento. Algo de niños. Ahora que somos grandes sólo debo disfrutar de su compañia, su amistad. Caro es genial pero no le gusta comprometerse y no puedo luchar contra eso.

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