Estaba por sentarme en mi lugar cuando note que había una toalla color azul esperándome, mire a los costados pero nadie me mostró la menor intención, la tome y la extendí para secarme, inhale su aroma a rosas, ese olor peculiar que solía estar en ti cada que alguien se detenía a percibirlo, te busqué con la mirada pero no estabas.
No importaba si me lo negabas, yo sabía que habías sido tú, solo alguien con tu corazón podía apiadarse de mí, incluso si yo fuese un desconocido para ti.