Camil
Exactamente 4 de Diciembre, yo iba riendo con compañeras de clases, nos dirigiamos a la biblioteca, me pare en seco cuando la vi, a ella la chica mas linda de la escuela y no solo lo decía yo, toda la escuela estaba de acuerdo, una chica perfecta, con cabello negro y ojos de hierro, una figura envidiable, su sonrisa blanca y sobre todo su piel, parecía cuidarla mucho, pálida, pero no pálida enfermiza, mas bien pálida de me veo estupenda y todos lo saben, a pesar de eso y lo poco que la conocía era agradable, sin embargo pocos le hablaban, supongo que la veían imponente como yo, como ese ligero temor de ser ignorada y eso es algo que a nadie le gusta.
Ella me dirigió una mirada, las chicas se fueron dejándome sola.
<<Cobardes>>.Pensé
Me saludó, fue extraño, muy pocas veces había cruzado palabras con ella, sin embargo esta parecía ser una platica para largo.
-¿Cómo has estado?.-Preguntó, su voz era como el sonido mas dulce que había escuchado.
-Bien.-Mientras la mía sonó ahogada.
-No te asustes, soy humana.-Rió brindándome confianza.
-Lo sé, es solo que ando en modo estúpida el día de hoy.-Contesté haciéndola reír. Si así soy yo.
-No lo creo, se que te parecerá raro, pero tengo algo para ti.-Musitó y yo frunci el ceño.-Lo entenderé si no lo tomas, aunque realmente me gustaría que lo aceptarás.
No entendía ni una papa que pasaba aquí, de cuando acá una chica popular como ella me obserquiaba algo.
-Ah, claro.-Titubie.
-Tomalo.-Me dio una bolsa azul metálica, cuando la tome pesaba un poco mas de lo esperado, tal vez eran rocas como especie de broma.-No son piedras, lo prometo, y no, no te leí la mente.
Esta chica realmente era una extraña.
-Solo te pido un favor.-Susurró.- Abrelo en 17 días exactos y lo comprenderás todo.
Me abrazo y me susurro que buscara a un tal Jackson, después note que deposito un papel en mi chamarra, o eso parecía.
Con eso se marcho, sonriendo, pero con una de esas sonrisas tristes,de miedo, de nostalgia, de despedida..
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