Regrese a la escuela, con el animo por los suelos, con ojeras en los ojos de no haber dormido por el insomnio, con los mismos vaqueros de hace tres días, puesto que no tenia ganas de cambiarme, iba pensando en el desastre que seria mi vida de ahora en adelante hasta que me tope con una mata rojiza.
-Lo siento.-Mi voz sonó áspera.
-No hay de que.-La misma chica con la que hablaste me miro con lastima.-Me entere de que murió, lo siento tanto.-Asentí- Se que te importaba.
-¿Cómo lo sabes?.-La mire sorprendido.
En la escuela seguían rumores pero ninguna noticia tuya, no sabia como ella sabía que habías muerto.
-Yo....-Tartamudeó.
-¿Tú qué?.-Exigí.
-Ella me lo dijo.-Soltó cautelosa.
-¿Cómo que te lo dijo?.-Exploté, algunos nos miraron pero le reste importancia.
-Hablaremos en otro momento.-Susurro, evitando mi mirada.
-No, vamos afuera.-Trate de calmar mi voz, ella empezó a temblar pero simplemente asintió y me siguió.
Llegamos a un lugar poco concurrido por los alumnos, ella iba a hablar pero la interrumpí
-¡Dime todo lo que sepas!.-Mi voz estaba cargada de emoción.
-Ella me dijo que...-Hizo una pausa para mirar a los lados.- tomara su regalo, que lo necesitaría, que lo guardara y lo abriera el 21 de diciembre, no la entendí al principio, pero le dije que lo haría.
No comprendí al principio, pero después até cabos.
-¿Algo más?
-Sí, ella me dijo que cuando terminara te buscara y tratara de darte lo que a mi me dio pero antes debíamos encontrar a una par de personas más, que a ellos le había dado algo, que teníamos que juntarnos y realizar un último paso.-Finalizo aquella pelirroja.
-¿Ultimo paso?
-Así es, son dos personas cercanas a ella, pero aún no sé donde encontrarlos, la pregunta aquí es, ¿quieres seguir el último deseo de ella?
Sin dudarlo respondí.
-Si.
Si ella lo quiso así, que así sea.
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