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Al estar a un metro tuyo, una figura se interpone, sus hombros anchos no me dejan mirarte, puedo escuchar lo que te dice mientras estoy detrás de él.

-Oye linda, bailemos.-Mas que una pregunta parece una orden.

-No, gracias.-Respondiste a pesar de tu borrachera, no titubeaste.

-Vamos hermosa.-El  muy imbécil te tomo un brazo pero tú te zafaste.

-¡Dije que no!.-Exclamaste escupiendo en su dirección.

-Maldita zorra.-El tipo te tomo ambas manos.- Tu vas a bailar conmigo y después voy a lamer tu coño.

Estaba petrificado, no sabia que hacer, no soy del tipo que va y golpea por todos lados, se pelear, mi padre me enseño hace un par de años pero nunca lo había puesto en práctica, ya que para mí era innecesario, tomando en cuenta que solo bastaba una amenaza y las personas que se metían conmigo hacían lo que yo quisiera, pero esto era distinto, la chica que me gustaba estaba sollozando por el dolor, no me lo pensé mas tiempo y aventé a jodido cabrón lejos de ti, él choco con varios chicos bailando cayendo en su trasero, en lo que se reparaba, te tome la cara con mis manos y un choque de electricidad me traspaso, se que lo notaste por la manera en que me miraste.

-Vete.-Musite mientras me hundía en tus ojos color plata.

Te limitaste a asentir y caminaste lo mas rápido que podías en tu estado, hasta que te vi desaparecer por la puerta.

Te defendería aunque me costara la vida... Esta y mil veces mas.

PorcelanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora