-Les he traído un poco de café, esta noche sera larga.-Inicia Danell, después de tranquilizarme, el y Camil me han explicado como se conocieron, Danell iba en último de prepa cuando ellas iniciaron secundaria, Danell se encarga de contarnos como la conoció, resulta ser que ella le tiro sopa caliente mientras caminaba distraída, le ayudo y se disculpo como un millón de veces, según él, paso el tiempo y se hicieron una especie de amigos, ya que casi nunca se veían pero cuando lo hacían platicaban mucho, mientras que con Camil fue más sencillo tomar una amistad debido a que su hermano y Danell eran compañeros, Camil lo conoció y se hicieron amigos hasta que él desapareció y ella no supo mas de él, hasta ahora.
Tomo un sorbo de mi café, lo odio, pero se que lo necesito para mantenerme despierto y escuchar todo lo que tiene que contarnos.
-Están seguros de querer continuar ahora, por que podemos hablarlo mañana.-Musita Danell con serenidad.
-¡Que hostia!, claro que que queremos continuar, he esperado tanto tiempo que ahora solo quiero absorber todo lo que tengas que decir.-Hablo con impaciencia.
-De acuerdo, solo tengo una pregunta.-Nos mira a ambos.-¿Han traído a las muñecas?.
-¿Muñecas?.- Frunzo el ceño.
-Camil, no le dijiste.-La acusa negando.
-No pude, lo siento, pero traje su muñeca.-Tartamudea.
-Esta bien, ayer me toco romper la mía.-Comenta Danell, después me mira como adivinando mis preguntas a todo esto.-Te responderé, pero antes tienes que escuchar su historia, la historia de la muñeca de porcelana.
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