Nota:
"No te escondas cariño, no de mí, no de este mediocre soldado que llora en las noches.No lo hagas, no pienses que no tengo corazón, que he nacido sin alma, que vivo sin razón.
Tú has cegado mi luz, tú no eres una estrella, eres una constelación, la noche ha brillado por tu propio esplendor."
Aquella nota quise entregártela, me hacia parecer el cabrón mas cursi del planeta, pero, ¿qué es la forma de actuar?, si no la simple mascara de la realidad.
Digo, quise dártela porque no lo hice, no después de haberte visto en aquella situación en el laboratorio.
Estabas con aquel novio tuyo fornicando si vergüenza alguna, lo peor de todo es que tú le estabas dando una mamada que él disfrutaba mientras te jalaba el cabello con desesperación para que entraras mas profundo, si él la disfrutaba esperaba que tú también no obstante parecías sufrir, tus lágrimas salían por los ojos pero no hacías nada por detenerlo, estabas castigándote, creyendo que merecías ser tratada de esa manera tan atroz, eso era lo que parecía, de pronto comenzaste a tener arcadas y fue cuando te alejaste, él simplemente se carcajeó.
-Buena chica.-Musitó ronco, tocándote la cabeza como un cachorro.
Quería entrar y romper cada uno los huesos de ese gilipollas, para que no te tratara así, pero lo que me detuvo fue tu respuesta.
-Fue un placer hacerte feliz.-Trataste de sonreír pero solo obtuviste una mueca de asco.
Toda sonrojada, arrodillada y humillada por un imbécil lame bolas que lo único que hizo en vez de ayudarte o calmarte fue subirse el cierre del pantalón y tratarte como un animal moribundo.
Me dio rabia ver aquello, me purgo hasta el fondo de mi ser y quise gritar, golpear cualquier cosa, destruir aquella sonrisa de ese idiota que no merece ser llamado humano, pero no lo hice porque con tus palabras causaste algo mas grande que eso.
Decepción.