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Camil sabe como sacarme de mis casillas, esa pequeña pelirroja con pecas hace que me explote la cabeza, lo único por la que la soporto es porque ella es parte fundamental de las respuestas que quiero encontrar.

Me ha dicho que son una pareja, ¿sus padres?, después de que quede paralizado cuando dijo que los había encontrado, dijo que tenía la dirección y que deberíamos ir a buscarlos, yo estuve de acuerdo, ni siquiera pregunte como lo sabia, simplemente tenía esa urgencia de saber que era todo este misterio, el recorrido duro al menos dos horas, Camil estaba inquieta, trate de calmarla pero eso parecía alterada más, entonces inicie una conversación para aligerar el ambiente.

-¿Cómo la conociste?.-Pregunte mirando la carretera tratando de que sonara casual.

-No podría decirte, solo se que compartimos clases en secundaria y preparatoria, siempre sonreía.-Sus ojos se empañaron pero aun así continuó.- era hermosa, muchas le tenían envidia, todas deseábamos ser su mejor amiga, sin embargo ella solía hablar con todos, nunca tuvo un grupo de amigas en concreto y cuando lo tuvo la absorbieron de tal manera que se fue transformando, ¿Haz notado cuando alguien sonríe con falsedad?.-Preguntó

-Si.

-Pues así eran ahora sus sonrisas, si la hubieras conocido antes, hubieras visto que su sonrisa mostraba la bondad y el entusiasmo que poseía, todo a su alrededor parecía brillar, eso es lo que mostraba, ella era la misma representación de la vida tan solo bastaba verla para sentirte que no todo estaba perdido, pero luego...

Voltee a verla, estaba llorando, como se llora por alguien cercano y no por una chica con la cual solo compartía clases, quise consolarla, pero no sabía cómo, también me dolía, mucho, no era justo, la vida no es justa, no obstante se que muy en el fondo ella fue quien tomo la decisión.

-¿Luego qué?.-Mi voz sonó quebradiza, apreté con fuerza el volante al sentir la impotencia de no poder hacer más, Camil jadeo sin embargo me contesto.

-Luego ella, no sé, se transformo, ya no sonreía igual, su manera de actuar era confusa, a veces solía ser amable y otras simplemente te ignoraba como si no notara a nadie a su alrededor, sus amigas...-Sollozó.- ¡Oh dios!, su amigas la trataban como basura a sus espaldas, siempre hablando cosas terribles de ella, un día mientras estaba en el baño, escuche como platicaban de ella y decían lo mas denigrante que pude haber escuchado en mi vida, quise defenderla pero tuve miedo.-Su llanto creció y sin notarlo empezó a temblar.- mucho miedo, ¡mierda!, si tan solo hubiera dicho algo, ahora no sabes como me carcome el no haber hecho nada...

-Cam.-Musite con voz sueve tratando de controlar las emociones que me hundían.-Tú no tienes la culpa, solo tuviste miedo y eso esta bien, todos tenemos miedo en nuestra vida y eso nos hace conscientes de que aún nos falta crecer, no esta mal tener miedo lo que esta mal es unirte a la multitud de demonios que hay en este mundo, tú no sabias de las consecuencias que desatarían sus burlas.-Toqué su hombro tratando de darle apoyo, estos se agitaron más.

-Lo sé, pero aun así me siento culpable, quise ayudarla y no pude, pude hacer que aún viviera y no que se encuentre ahora muerta.-Mis lágrimas no pudieron resistir más, al igual que Camil me sentía destrozado porque también pude hacer mas y no lo hice, me dolía el pecho como si me arrancaran el corazón, como si este dejara de latir, como si me abandonara la vida porque ella se fue, así me sentía.

Lo siento tanto, no te pude salvar mi chica de porcelana...

:(

PorcelanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora