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Estaba tan distraído mirando a la nada que no pude ver cuando una mano me golpeaba la cabeza, hize una mueca de dolor para después voltear a ver quien me golpeo, era la pelirroja mirándome seria, si la conociera diría que muy pocas veces es así, incluso parece algo pálida y con ojeras notables.

-¿Qué carajo sucede contigo?.-Pregunto algo molesto.

-Te veías como un imbécil que no esta viviendo, parece mas como que estas agonizando mientras tratas de respirar.-Se encogio de hombros.-Así que me debes las gracias.

-Como sea.-La fulmine con la mirada, aunque sabia que tenía razón, pero como soy un cabrón no pienso admitirlo, he estado con un humor de mierda ya que seguimos sin pistas y mi frustración esta aumentando.

-Tengo dos noticias que darte.-Fija su mirada en mi.

-Prosigue...

-¿La mala o la buena?.-Pregunta insegura.

-Da igual, ambas son noticias.-Musite perdiendo algo de paciencia.

-De acuerdo, la mala es que mi gato defeco en mis zapatillas favoritas y las arruinó.-Hizo una mueca de asco mientras yo frunci el ceño.

-¡¿Eso que hostia tiene que ver conmigo?!

-Nada, solo quería compartir mi dolor.-Otro encogimiento de hombros, mi mente estaba por colapsar, no estaba para estupideces.

- ¿Y la buena?

-Oh si, creo que esta te interesa.-Hizo una breve pausa.-Los he encontrado.

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PorcelanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora