-¿Estas listo?.-Pregunta Camil, me limito a asentir.
Solo hace falta la mía, mi muñeca. La hermosa figura esta en mis manos, Camil me la ha dado, la veo tanto tiempo como puedo tratando de memorizar cada linea, cada color, cada detalle, la sostengo como si tuviera mi vida aquí mismo, y tal vez sea así.
Tengo miedo a soltarla, tengo miedo a escuchar el "Crack" al estrellarse con el piso, tengo tanto miedo al ver los pedazos esparcidos por todos lados, no quiero hacerlo, no quiero, pero lo haré.
Mi alma suena al ver como cae la muñeca al piso, los pedazos vuelan a mis pies, me siento desnudo, mi piel se eriza y causa urgencia en mis dedos.
Veo unas cuantas hojas dobladas en medio de los trozos de cerámica, mis manos pican por tomarlas, mis ojos por querer leer tanto como puedan, mis labios queriendo formar sonidos de las palabras escritas, mientras mi corazón se quiere negar a sentir.
Las tomo, las desdobló y me rompo.
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