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¿Cómo buscas algo de lo cual no sabes absolutamente nada?, eso era lo que me preguntaba a diario al no saber quienes eran las otras dos personas involucradas, Camil, la chica pelirroja, ha estado buscando mas datos pero no hay nada que nos de una pista, es como si hubieras ocultado la información para que no la encontráramos.

Lo único que sabía, era que cada día me estaba volviendo mas loco, ya no comía, ni siquiera cuando me habían comprado mi postre favorito, al final lo tiraba o dejaba que se pudriera, la desesperación era enorme, cada noche me despertaba a la misma hora, 3:37, cada maldita noche soñando lo mismo, aquella manta, yo dejando al descubierto tu cuerpo, cuando despertaba estaba empapado en sudor, sufría de cambios de humor constantemente, la mayor parte del tiempo estaba muy irritado.

Un día mientras estaba en la cafetería, escuche que alguien hablaba de ti, era tu novio, el lame-bolas.

-Cuentanos, ¿Qué se siente tener a una novia tan buena como Megan Fox?.- Pregunto el estúpido de su mejor amigo refiriéndose a ti.

-Hombre.-Sonrió como recordando.-Es la hostia, aquí entre nos, es algo apretada pero con unas cuantas prácticas mas, será como mantequilla.-Y todos comenzaron a reír.

-Y a todo esto, ¿Donde se encuentra?, ya lleva bastante tiempo desaparecida.-Inquirió otro chico en su mesa.

-No lo sé, y no me interesa.-Se encogió de hombro.-Siempre y cuando vuelva a aparecer para follarla por mí esta bien, a veces suele ser como una puta, no me dejaba ni a sol ni a sombra queriendomela chupar....

Todos se carcajearon de nuevo, unos dándole palmadas como felicitándolo.

No lo soporté, exploté, me valió una mierda que nos encontráramos en la cafetería, me aventé sobre él, lo empuje, pegando su espalda a la mesa mientras lo tomaba por el cuello de su playera, él parecía sorprendido al igual que los presentes, cada fibra de mi cuerpo vibraba de coraje, nadie hablaría así de ti aún cuando tú ya no te encontrabas entre nosotros.

-¡¿Qué sucede contigo imbécil?!.-Gritó, trato de zafarse pero fallo, no le conteste solo golpe su rostro, él hizo una mueca de dolor.

-¡No te expreses así de ella!.-Musite furioso y lo golpeé de nuevo, esta vez logrando sangrar su boca.

-¿Qué?, ¿acaso quieres follarla también?, si es así, espera en la fila por esa pu...

No lo deje terminar, no podía mas, mi autocontrol se había acabado. Golpeé y golpeé hasta que mis nudillos estaban llenos de tinta roja, no si la sangre era mía o de él, no me importaba, unas cuantas personas trataron de detenerme pero los empuje, después de un rato me detuve, aquel cabrón estaba inconsciente, su rostro estaba rojo, me levante del suelo, ni siquiera había notado que nos hallábamos ahí, según yo estábamos en la mesa, no me importo, limpié mi frente y antes de irme le escupí en el rostro.

-Una mujer es una dama y así debe ser tratada siempre...

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PorcelanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora