Capítulo 19: hay una luz que nunca se apagará.

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Jung Hoseok se sentía impaciente, apoyado en la puerta del auto con las manos en los bolsillos de su sudadera, esperando para ver a su chico salir por la puerta del hospital de Seúl.

Iban a ser las 19:00pm, hora en la que terminaban las visitas para el cambio de turno del personal del hospital, que era a las 20:00pm, por lo tanto Hoseok sabía que Taehyung se encontraba dentro aún.

Así que no se sorprendió cuando lo vio salir, cabizbajo, abrazándose a sí mismo en un intento por darse calor. Hacía muchísimo frío. A esa hora, Taehyung debería encaminarse hacía el metro para encontrarse con Jin para cantar o en cualquier otro lugar, pero hoy no sería así.

Aún recordaba la conversación entre él y Jin cuando el mayor le llamó para saber sobre Taehyung, porque ni él sabía lo que le pasaba. Hoseok se preguntaba si Jimin lo sabía.

Tendría que preguntarle después.

Hoseok conocía lo suficiente a Taehyung como para esperar a que el menor lo viera desdeñosamente por no haberlo despertado en la mañana. Se esperaba que le dijera << ¡Jung Hoseok idiota, debiste despertarme! >> para así mostrar su característico puchero y su arruga en la frente que él amaba con todo su ser.

Se esperaba eso.

En cambio, Taehyung al verlo apresuró el paso y se abalanzó encima del mayor en un desesperado abrazo que le hizo perder el aliento.

- Estás aquí... estás aquí... -balbuceo reiterativo contra su cuello, abrazándolo por la cintura y haciéndose cada vez más pequeño en su pecho. Sonaba tan afligido que Hoseok inmediatamente lo envolvió en sus brazos y empezó a besarle la coronilla en un intento para que el menor se tranquilizara, porque se aferraba tan fuerte a él como si temiera que se fuera.

- Estás temblando... -dijo Hoseok preocupado, mientras pasaba sus manos de arriba hacia abajo por la espalda de Taehyung, haciendo fricción para que éste no tuviera tanto frío.

Por un momento, creyó que Taehyung iba a ponerse a llorar, porque no dejaba de ocultar su rostro contra su pecho, como si tratara de buscar los latidos de su corazón, hasta que levantó el rostro, tomó las mejillas de Hoseok con sus manos heladas y empezó a besarlo con una lentitud y dulzura tan indescriptible que le tembló todo el cuerpo también.

Taehyung lo besaba suave, tomándose el tiempo para saborearlos entre intervalos donde lamía, rozaba y besaba su labio inferior, superior, las comisuras. No era un beso de esos desesperados o profundos, era de esos besos lentos, inexpertos pero a la vez cargados de sentimientos.

Era el mejor beso que le habían dado. Todos los besos que le daba Taehyung eran los mejores, porque siempre le hacían sentir diferente y tenían un sabor diferente y expresaban cosas diferentes. Hoseok podría haber besado, podrían haberlo tocado antes, pero con Taehyung todo parecía ser como si fuera una primera vez. Una perfecta primera vez.

Tal vez porque nadie le había hecho sentir de esa forma, que es cuando estás total, ciega y perdidamente enamorado.

- ¿Qué fue eso? -preguntó Hoseok sonriente y atontado, cuando dejaron de besarse para quedarse mirando fijamente.

Taehyung desvió la mirada, un poco avergonzado porque casi nunca le besaba primero. Por lo que tomó la mano cálida del mayor en un intento por desviar su atención, entrelazando sus dedos y empezó a balancear ambas manos de un lado a otro.

- ¿Qué haces? -se rió Hoseok, animado al ver como Taehyung miraba sus manos unidas, hipnotizado.

- Tus manos son más pequeñas que las mías...

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