Capítulo 14: Una luz en la oscuridad. (4/4).

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Todos aquellos momentos en que la chica nunca obtuvo esa inocencia pronto se van desvaneciendo como si el viento del invierno se llevara su dolor. Remilia sonríe al ver a Flandre abrazar a la joven, quien llora en silencio a causa de que perdiera esa inocencia. La inocencia de un niño en que nunca se debió perderse con el paso el tiempo, en que ese hermoso sentimiento le abre su corazón consumido por la tristeza y el dolor. Alice observa de cómo sus dos hijas consuelan a la chica con tan solo jugar con ellas, además de que Remilia ya está entrando a una edad en que aprende a madurar.

¡Gracias!... Me siento agradecida por lo que se preocupan por mí.

Unas horas más tarde, Flandre se queda dormida en los brazos de Remilia, quien mira el cielo aún estrellado. La joven se sienta a su lado para esperar el espectáculo de los fuegos artificiales junto con las niñas, además de sentir una profunda nostalgia en su alma.
-Entonces- dijo Remilia con un tono sereno en su voz-, te sientes sola y no tienes a nadie. ¿Verdad?
-No-responde la chica con un tono de tristeza-. No siempre he vivido esos momentos en donde no puedo mirar atrás- y pronto empieza a nevar hasta que su mano toca un copo de nieve-, por lo que yo no quiero volver a ver esos horribles ecos del pasado que podrían perseguirte. Es como si yo no pudiera despertar de un sueño que no parece tener fin.
-Cielos, no puedo creer que hayas sufrido mucho. A veces no puedo parar de preocuparme por los demás, en especial por mi hermana. Ella es apenas una niña para entender de lo que está pasando- añade Remilia y suspira con cansancio-; el hecho en que Flan sea joven para ver la realidad no significa que no pueda ver las cosas más hermosas que puede recordar, como jugar a las escondidas conmigo, dibujar con crayones- y sus ojos se llenan de lágrimas de tristeza-. Pero lo que tengo miedo es que ella es demasiado inocente para conocer ese tipo de realidad: una realidad llena de miedo, donde hay guerras sin sentido y donde hay personas que tarde o temprano pueden empezar a lastimarla; pero también tengo miedo de que si la lastimo, puedo sentirme mal. Yo no sé debo hacer cuando llegue ese momento.

La muchacha acaricia la mejilla humedecida de la peliazulada, y ésta alza la vista. Con un tono sereno en su voz, dijo:
-No siempre puede haber miedos, sino que pueda haber alguna esperanza- y abraza a Remilia, hasta susurrarle-. No siempre será tu culpa.
-A veces la naturaleza puede ser cruel, incluso si se tratase de algo que amas que, tarde o temprano, pueda quedarse en los recuerdos que ya no se pueden olvidarse- contestó una voz femenina. Remilia observa que la dueña de la voz es una mujer rubia vestida de un vestido morado; que lleva un paraguas y un abanico de mano. Su nombre es Yukari Yakumo, quien se aparece de la nada.
-Usted...- continúa Yukari con una voz sombría. Remilia defiende a su hermana abrazándola, la joven se pone delante de ellas como si las defendiera de la forastera. La pelirrubia lanza una risita que casi irrita a la chica.
-Así que...¿Visitando a dos niñas que se llevan bien? ¡Qué conmovedora conversación!- dijo Yukari fingiendo sorpresa y alegría-. Te diste cuenta de que puede ayudarte esa joven niña.
-¿Qué es de lo que quiere?- pregunta la chica con un tono seco, a punto de gritar con la rabia que siente al verla.
-Sólo debo decirte que esas palabras pueden llegar a verse como un cristal que se rompe en mil pedazos a causa de que sentiste miedo, dolor y buscando una esperanza con tan sólo una pésima idea de ser amable. Sabes que tarde o temprano...
-¡Deje de decir esas palabras enfrente de ella!-grita la chica al recordar los gritos de aquella persona que ha lastimado y agacha su cabeza-. ¡No deberías decir eso delante de la gente, mujer necia!
-¡Ella tiene razón!- responde Remilia a Yukari-. ¡Usted no puede obligarnos a dejar de ayudarla, ni siquiera confiar en sus sucias palabras que sólo fingen ser buenas para así lastimar a otros! ¡Ni con tan sólo una palabra negativa puede enseñar a una niña tan inocente como Flandre! ¡Debería estar avergonzada!
Yukari le da una bofetada a Remilia, y agarrando el brazo de Flandre, quien despierta con un grita de miedo y dolor. Alice se da cuenta de la presencia de Yukari y grita:
-¡Eyuuka! ¿¡Cómo te atreves a lastimar a mis hijas y a esa joven si su sangre no está siquiera fría!?
-¡Ella debe aprender que no merece alzar así la voz a sus mayores!
-¡Ella es lo más madura para aprender a defender a otros!

Touhou Biological Clock. (TouhouMaria#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora