Touhou Biological Clock. (TouhouMaria#1)

Capítulo 24: Recuerdos de una promesa obsoleta.

Sala familiar.
Pasillo cercano al cuarto de piano de la Mansión Scarlet.

Flandre se sienta en el sillón para comenzar a leer varios libros sobre cuentos y poesía para niños, acompañada de Copo de Nieve. La niña literalmente es hambrienta de curiosidad y conocimiento luego de comenzar a leer por primera vez en su vida, a pesar de ser una niña apegada al cariño de las personas que la rodean. Remilia toca la puerta y abre hasta acercarse a su hermana pequeña.
-Flan, ¿podemos hablar a solas? Hay algo que debo decirte- dijo Remilia.
-Sí, hermana- contestó Flan al alzar su vista y cierra el libro hasta sentarse. Remilia le dice serenamente con un suspiro de alivio:
-Últimamente vas mejorando en tu buen comportamiento, pero yo no te puse atención porque yo estuve ocupada. Sé que está mal no tener tiempo para estar contigo, pero estoy haciendo todo lo posible para que no nos falte nada, ni mucho menos a ti- y abraza a la pequeña pelirrubia con una cálida sonrisa escrita en sus labios-. Después de todo, siempre eres mi querida y preciada hermanita menor porque te quiero.
-Hermana...-añadió Flandre al sonrojarse al escuchar sus palabras y abraza la almohada del sillón y muerde su labio inferior casi a punto de llorar y dijo-. Yo pensé que no me querías y tenía miedo de perderte...pero...nu...nunca imaginé de lo que haces lo haces por los demás y por mí... Yo...sólo quería...quería...yo sólo quería que estuvieras a mi lado.
-Lo sé... Pero yo jamás te dejé atrás y sé que fui muy dura conmigo misma al estudiar mucho. Yo nunca te dejaría sin quien te quiera. Yo también estoy asustada...
-Hermana...- dijo Flandre y se sonroja hasta acercarse a Remilia y poner su cabeza apoyada en su hombro. Al quedar sonrojada, traga saliva y comienza a temblar y tartamudear-. Ta...también tengo algo que decirte...
-O...Oye- dijo Remilia al sonrojarse y sentir culpa-, sé que yo he estado muy ocupada pero eso no significa que yo no esté a tu lado. A veces tengo que reflexionar; otras veces no, que debo estar contigo- suspira de cansancio al poner sus manos en su rostro-. ¡Dios mío, soy una tonta! ¡No tengo palabras para decirte que yo lo siento...! Pero aún así; a pesar de ser muy parecidas entre sí, yo jamás te dejaré sola.

La niña abraza sus piernas con una expresión triste en su rostro. Un silencio abruma la sala, mezclándose con un sentimiento de nostalgia y una profunda tristeza. El sonido de las manecillas del reloj se escucha lenta y suavemente como si fuera el sonido de los latidos del corazón. De repente, un recuerdo de deja vu abruma a Remilia cuando ésta observa a la niña leyendo el libro. La peliazulada se aclara la garganta y dijo:
-Por cierto, sólo por un día preguntaré. ¿De acuerdo? ¿Cómo te verías con el cabello suelto?
-¿Ah?
-¿Puedes mostrarme cómo te ves, por favor? Siempre me lo he preguntado. :3
-D...De acuerdo- asintió Flandre al ponerse roja hasta soltar el listón de su cabello, que se suelta suavemente hasta rizarse como una muñeca de porcelana a punto de ser peinada. Los dedos de Remilia sienten aquellos rizos y lanza una tierna risita.
-Tu cabello es muy precioso, Flan- dijo con una pequeña y cálida sonrisa en su cara. Flandre abraza sus piernas con timidez. La niña añade con su voz tartamudeando inocentemente:
-H...Her...Hermana...Pensé que...me odiabas pero nu...nunca...imaginé que me dijeras que soy bonita.
-Oye- respondió Remilia al abrazarla y acariciar su cabeza como un gato mientras se acuesta en el sillón y con amor maternal dentro de su corazón-, yo jamás te odiaría. Sabes que yo te quiero mucho. Aunque me digan que puedes ser una niña inestable y peligrosa con un carácter fuerte, eres una niña cariñosa, valiente, inocente y con un gran corazón que siempre ayudarás a los demás que nos rodean en caso de cualquier peligro.
-¿Cómo lo sabes, hermana?
-Porque siempre te preocupaste por la chica y la viste como una buena persona. Y tienes razón: ella no tiene a nadie que la ama debido a que perdió a sus seres queridos a causa de que pensaran que su pasado les es un peligro, y porque le han tenido miedo; pero tú nunca demostraste miedo, sino compasión en ella. Aún así, somos hermanas, ¿cierto?
-Sí.
-Además, tú y yo no nos hemos guardado secretos entre nosotras. Y ésta es la primera vez que lo hacemos.