Capítulo 33: Nostalgia de una madre. (Especial día de las madres).

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"El amor de una madre es tan hermoso que jamás se olvidará y que se quedará en nuestros corazones para amar a nuestros seres queridos hasta el momento en que debemos partir con la persona que habíamos dado todo su amor y su cariño y que la hemos c...

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"El amor de una madre es tan hermoso que jamás se olvidará y que se quedará en nuestros corazones para amar a nuestros seres queridos hasta el momento en que debemos partir con la persona que habíamos dado todo su amor y su cariño y que la hemos considerado como un hijo o una hija que amaremos siempre".

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Unas horas más tarde, Alize se queda sentada en una silla pensativa al echar de menos a Aliza. Recordó la primera vez en que nació su hija y sosteniéndola en sus brazos; también recuerda aquellos primeros pasos que había dado la niña y el momento en que Aliza le regaló en su cumpleaños una corona de flores y una tarjeta hecha por sus propias manos. Ahora que Aliza ya no estaba con ella, comienza a sentir una profunda tristeza al memorizar cada sonrisa y cada cariño. Entonces, se levanta para servirse una copa de vino y se toma el líquido, no sin antes de advertir que en la mesa había una pequeña caja de regalo envuelta en un listón rojo. Se dirige hacia ella y lo abre; lo que descubrió la hizo llorar al saber de quién es el regalo.
—¿Qué sucede, Alize?—preguntó Meiling al entrar corriendo.
Con un suspiro doloroso, la mujer le responde:
—Este fue el regalo de mi pequeña Aliza cuando era una niña y me lo dio como un regalo del día de las madres... Es un dibujo donde estamos ella y yo.
—¿Aliza fue tu hija, Liza?—dijo Michaela al llegar y consuela a su mejor amiga con un abrazo —. Te comprendo muy bien, sé que fue doloroso para ti. Lo lamento.
—Gracias...Miku—repuso Alize al limpiarse su rostro humedecido con el manga de su vestido y sentirse bien —. Al menos me hubiera sacrificado para irme con mi amada hija, pero eso sería imposible porque tengo que cuidar de la Mansión y estar con ellas pero...no puedo hacerlo con este dolor en mi corazón.
—Oye, sé que muchos han perdido a sus seres queridos—añadió Patchouli al sentarse y tomar la mano de la mujer dolida—; desde que llegué a la Mansión Scarlet, conozco muy bien a Alice desde que ella era tan sólo una niña de cinco o seis años, como dos o tres años mayor que la edad promedio de Flan...—y suspira con disgusto y depresión aún con los ojos llenos de lágrimas —. Si tan sólo María hubiera estado viva, me enseñaría a superar este dolor.
—¿Y qué tanto sabes de María?
—Es porque ella fue mi prima cuando éramos niñas—confiesa Alize al poner su mano en la ventana y sin mirar a la pelimorada y a la guardiana pelirroja lanzando otro suspiro—...Han pasado pasado tantos años que parece que en lugar de envejecer me estoy marchitando como una flor que tenía mucha sed de agua hace años...Perdí...a mi prima que la amaba como una hermana...perdí a mi esposo, a mi pequeña Aliza y ahora...—sus ojos se vuelven a llenar de lágrimas hasta morder el labio inferior mientras éste sangraba—...Perdí a mi prima lejana y sólo quedaré siendo la última en morir en este mundo sin color y ser más completa en estar en un jardín donde puedo volver a jugar con Aliza en lugar de que yo sea una maldita idiota(Nota de la autora: Perdón por la palabra que escribí, pero la desdichada Alize se siente deprimida. ¡No me culpen al escribir esta parte con la canción "Ikitemasu" de Kaai Yuki! >:'V) tomando muchas copas de vino, escribiendo poesía y...y...¡Yo no sé qué hacer!
—No te preocupes —respondió Remilia al salir de la habitación —, al menos puedes desahogarte con escribir un diario. Eso es lo mismo que también lo hago.
—Gracias, Remilia— dijo Alize al limpiar sus lágrimas con su muñeca izquierda y mostrar una sonrisa—. Ojalá me gustaría ser como tú: una filósofa que puede ayudar a otros. Pero...también me gustaría ser como María: una madre que sacrificó su tiempo y su esfuerzo, su vida y sus recuerdos para salvar a esa niña—y tomó un sorbo de vino constipada de la gripe que pescó y de un terrible dolor de cabeza.
—Si fueras como María no hubiera conocido a ti— replicó Patchouli con un tono serio en su voz—, pero te lo advierto: sabes muy bien que eso es biológica y literalmente imposible. ¿Por qué? He aquí mis razones que te voy a decir— y chasqueó los dedos para llamar a Koakuma.
—¡Voy~!—grita y se dirige a la sala lanzando una risita alegre hacia la pelimorada y dijo:—¿Qué es de lo que se le ofrece, señorita Patchouli?
—Koakuma, trae por favor el diario de color azul y las cartas—ordenó burocráticamente la maga.
—¡Sí~! :3—respondió la pequeña demonio y se fue volando hacia la biblioteca buscando en los estantes hasta que encontró un diario azul marino con detalles blancos y de colores pastel, junto con unas cartas abiertas y cerradas con un sello azul en forma de rosa y una flor azul celeste y lo trajo hacia la sala familiar.
—Aquí está —dijo Koakuma al dejar el pedido. En la portada del libro se escribía bellamente en cursiva la palabra Diario. Alize se sorprendió y puso sus manos en su cara, exclamando en voz alta:
—¡No puede ser posible!—y alza su vista hacia Patchouli con una mirada de preocupación y asombro —. ¿Có...Cómo los encontraste? ¡Pe...pensé que ya estaban extintos!
—Hay algo llamado Salvar las palabras escritas por una voz silenciosa— respondió Patchouli serenamente. La joven mujer tomó una de las cartas y comenzó a leer estas palabras:

Touhou Biological Clock. (TouhouMaria#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora