Capítulo 27: ¿¡Un fantasma en la Mansión Scarlet!?

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Michaela comienza a servir el té y el pastel de fresas, no sin antes de poner en la taza de Remilia dos cucharadas de azúcar y crema. Flandre se sienta en su silla para comenzar la merienda, pero antes observa a Remilia con una dulce sonrisa escrita en su rostro. Ésta le devuelve la mirada con la misma sonrisa, ya que ambas se quieren entre sí como de costumbre.
-Muchas gracias, Michie- dijo Aliza con amabilidad escrita en su rostro. La prima lejana de las hermanas siempre le gusta llamarle a Michaela "Michie" desde que eran niñas, casi en la misma edad de Remilia y Flandre.
-De nada, Liz- respondió Michaela.
-¿Y qué postre acompañaremos el té, Miku?- preguntó Patchouli con serenidad.
-Es un postre muy especial que les va a encantar- dijo Michaela con una dulce voz llena de alegría -: un shortcake de fresa acompañado de un té único en que no se sabe cuál es su sabor pero que su aroma es tan dulce que sirve para una agradable tarde de primavera, que les recordará el olor al café.

En serio, se ve delicioso~

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En serio, se ve delicioso~. 💙✨

Remilia fue la primera en probar el pastel, y al tener el sabor en su boca la nostalgia la hizo recordar en que su madre fue una buena repostera junto con Clarith y Michaela.
-¡Está delicioso!-dijo Remilia con alegría y nostalgia escrita en una sonrisa. Aquel dulce sabor del pastel le hacía recordar aquellos momentos de ella y Flandre. La niña también probó el pastel con la misma sensación que pronto cambió a ser la de una profunda tristeza. Cuando ya iba a tomar la taza de té, agachó la cabeza hasta comenzar a llorar. Dos lágrimas cayeron en el pastel y en la taza, y la sirvienta peliturquesa la abraza dándole palmaditas en la espalda.
-O...oye, no llores por favor- dijo Remilia sintiendo compasión en la pequeña niña.
-Lo siento mucho, hermana- se disculpó Flandre al limpiar su rostro con su muñeca aún llena de lágrimas y sonarse la nariz-. Yo sólo quería...
-No te preocupes por eso- añadió Remilia con una cálida sonrisa y la abraza-, al menos mamá hubiera estado viva para estar con nosotras. Pero por el momento brindaremos por la esperanza de la chica y la familia.
-Sí. Es decir, dicen que la esperanza puede quedarse atrapada para siempre en la misma caja de Pandora; pero la única arma más poderosa del mundo de lo que nadie tiene más que su madre tuvo y que ustedes, en especial la señorita Remilia es algo que puede salvarla. Pero no cualquier arma, sino lo más grande que algún día se pudiera romper con la misma tradición de la leyenda de Pandora, y esa arma es la bondad y la valentía- dijo Koakuma animándola alegremente.
-¿Mamá fue valiente al sacrificar su vida para salvarnos, al igual que papá?
-Sí, Flan. No siempre fueron las únicas, sino que nos dimos cuenta todos, sobre todo la señorita Patchouli y yo.
-Ah.

7:59 de la tarde.

Una vez terminado el té de las cinco y de cenar, Flandre se dirige hacia su cuarto para irse a dormir. La niña se dirige hacia su cuarto, prepara su pijama, se dirige al cuarto de baño para asearse y lleva consigo sus toallas, esperando a su hermana para que le ayude a echar agua. Flandre cerró la puerta y las cortinas de la ventana por temor a ser vista por curiosos, voltea hacia los lados y se observa en el espejo. Ella nunca se había sentido sonrojar, por lo que comienza a desatar el listón de su cabello y desabrochar su camisa; justo antes de quitársele, se escuchó una voz que le hizo familiar que dijo:
-Flan...

Un escalofrío recorrió lentamente en su cuerpo y, un poco asustada, Flan dijo atemorizada y temblando al sostener consigo una escoba:
-¿Ho...hola? ¿Qui...quién eres?- y tragó saliva aún con miedo. Pero no hubo respuesta alguna. Al mirar por toda la estancia, no había nadie y sólo se escuchó el sonido de las gotas de agua goteando en el lavamanos. En el tocador había una pequeña puerta y la abrió hasta tener en sus manos un pequeño frasquito de cristal de color azul celeste con un líquido de un color cian casi turquesa, cuyo tacto es tan suave como el algodón pero que jamás debe romperse. De pronto, escuchó aquella misma voz que dijo:
–Flan... Mi querida niña, te extraño mucho...
Las lágrimas se apoderan de Flandre al reconocer esa voz. Era la voz de Alice, quien la llamaba con su hermosa voz. Se arrodilla en el piso hasta romper el llanto al recordar a su madre; aún con los ojos humedecidos, Flan dijo con la voz entrecortada y sus labios tiemblan:
–Mamá, no te vayas– y pone su cabeza apoyada en sus piernas. Clarith, al ver a la niña llorando, se sorprendió al ver la silueta de su fiel señora llevando puesto un vestido rojo manga corta  hasta el tobillo e intenta tranquilizar a la joven señorita.
–¡Tra...Tranquila, joven señorita!– exclamó Clarith con nerviosismo hasta que comenzó a correr hacia la habitación de Remilia tocándole rápidamente.
–¡Remi, di...digo, señorita Scarlet! ¡Abra la puerta por favor! ¡Ha...hay fantasmas en la casa!
–Hey, pareces algo asustada– contestó Meiling apoyando su brazo en la pared, pero se queda confundida al ver a la peliblanca rascando la puerta como un gato–. Uh...¿Te encuentras bien, amiga? ¿Por qué estás arañando la puerta de la señorita Scarlet? 💧
Clarith comienza a gritar de miedo, mas su grito es más parecida a una risa que un alarido de terror,y abraza fuertemente a la guardiana pelirroja. Pues sus dedos literalmente se astillaron que de ellas salió un poco de sangre a causa de sus heridas y comienza a romper a llorar como una niña pequeña y sonrojarse.
–¡¡AAAAAYYYYY~~~~!! ¡¡AUXILIO, QUE ALGUIEN ME SALVE DEL FANTASMA ~~~~!! D':
–¿Pero qué rayos sucede aquí?– preguntó Remilia al salir de su cuarto un poco disgustada y confusa con el comportamiento de Clarith. Antes de que ésta contestara, Remilia observó la sombra del alma de su madre en la pared y desaparece sin dejar rastro.

Lo que más llamó la atención fue cuando observa una rosa roja cubierta de nieve que está en el suelo. Y justo a tiempo antes de que Clarith se desmayara...

Touhou Biological Clock. (TouhouMaria#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora