Touhou Biological Clock. (TouhouMaria#1)

Capítulo 37: No hay por qué temer.

No todos los sueños se pueden hacerse realidad, pero con el apoyo de quienes amamos ya no tendremos miedo de perder el valor y al amanecer de una primavera jamás vista, volverán a florecer aquellas flores que durmieron en un eterno sueño invernal.

No obstante...

7:59 pm.

Justo en ese instante, Alize observaba el jardín de la Mansión con preocupación y el temor de enfrentarse a la esperada decimosexta noche de luna llena en esa misma tarde. Sabía que si no pueden salvar a la joven, estaría con su hija con una peligrosa opción: quitarse la vida arrojándose en un acantilado; de lo contrario, si lo lograrán, podría estar viva. Paulette, al mirar a la pobre mujer deprimida y asustada, se dirige hacia ella y le da una manzana.
—Ah...Gracias, señorita— dijo Alize con una triste sonrisa.
—Puede llamarme Paulette— respondió la pelirrubia. Bajó su mirada en un pequeño conejo de peluche gastado, sucio y manchado de sangre en las manos de Alize—. ¿Usted perdió a su hija?
—Sí— contestó dolorosamente Alize con lágrimas en los ojos y suspirando con cansancio—, perdí a mi luz de luna justo en un accidente causado por un carruaje. Si no hubiera muerto, podría estar conmigo abrazándola y decirle de cuánto la quería. Pero no estoy segura de hacer esto, en salvar a la muchacha ya que siempre he sido una cobarde desde que mi preciosa niña murió.
—No se preocupe, al menos sé cómo se siente, hasta Flan está superando la muerte de sus padres con la ayuda de Remilia. Eso me recuerda que, cuando yo tenía ocho años, murió mi abuela. Lloré mucho cuando se fue, pero con la ayuda de mis padres y familiares pude superar el luto. Usted puede hacerlo sin miedo, y yo la ayudaré.
—¿Estás segura, Paulette? No estoy segura. Sé que intento hacerlo pero no pude dejar de pensar en mi hija.
—Pero puede salvarla y poder estar con ella algún día — añadió Paulette al darle un abrazo. Sus brazos eran tan cálidos que Alize comenzó a llorar silenciosamente en recordar a la pequeña Aliza abrazándola en su cumpleaños cuando ésta estaba viva—. Por el momento no hay por qué temer. Podremos hacerlo juntas y lo haremos bien. ¿De acuerdo?
—Gracias...Paulette— concluyó Alize con la conciencia tranquila y se armó de valor gracias al apoyo de Paulette para superar la muerte de su hija. Al anochecer, apareció la luna llena brillando. Su luz reflejaba en el agua como si de un espejo cristalino se tratase y Meiling vigilaba la Mansión Scarlet tranquilamente y mirando la luna llena. De repente, se escuchó el disparo de un revólver y la pelirroja se fijó en ese sonido hasta que apareció una dama vestida de una chaqueta negra de algodón acompañada de una camisa manga larga blanca y una falda negra hasta casi llegar a la rodilla. Ahora su cabello largo ya es corto hasta la altura de su cuello y le dijo a la pelirroja:
—Has visto demasiado.
—Entonces...¿Todo ha sido sólo una ilusión? — preguntó Meiling confundida. Luego de un minuto, la mujer respondió:
—Así es...— y de su mano sacó tres cuchillos de plata dando el comienzo de una furiosa batalla. La guardiana los esquivó, pero uno de ellos casi le hiere en la cara hasta que alzó su mano para usar sus técnicas de artes marciales. La joven los esquiva rápidamente hasta que le pone un pie en el tobillo de la guardiana pelirroja, quien recibió una fractura en el cuello y gritó de dolor. Le da un puñetazo en la cara, justo en la nariz, hasta que cayó. Meiling cayó herida luego de recibir tres golpes en el estómago fuertemente y toser sangre. Se quedó horrorizada al saber que esa mujer la lastimó, pero al intentar levantarse de nuevo, se cae en el suelo.
—N...No debiste haberme hecho eso— dijo Meiling mostrando piedad mientras sus ojos se llenan de lágrimas—. ¡Di...dime que no vas a hacerme daño! ¡E...es..esa no es tu forma de actuar...! — pero la joven la sostiene violentamente del cuello con las dos manos y sacó su cuchillo y lo puso en el cuello. Pero fue detenida por unas señales aparecidas de la nada por unos portales. Era Yukari Yakumo, quien llegó a tiempo para lanzar luces moradas y bombas. La muchacha sacó de su chaqueta dos revólveres y comenzó a disparar contra la youkai, quien los esquivó y se teletransportaba en portal por portal.
—¡Eres muy mala disparando sin danmaku!— gritó Yukari hasta que sacó su espada, al igual que la joven. Meiling cogió de los brazos de la joven a pesar de estar herida. De nuevo recibió un nuevo golpe en la boca del estómago. Su cuerpo chocó contra una ventana hasta que ésta se hizo mil pedazos, hiriéndola gravemente.
—¡Dios mío! — exclamó asustada Alize al mirar la furiosa batalla. Las dos mujeres fueron a avisarles a las niñas, pero Yukari les dijo fuertemente:
—¡Corran! ¡Vayan por las niñas y ustedes corran porque las dos estarán en peligro!
—¡¿Qué está pasando aquí?!
—¡Ya está comenzando la decimosexta noche! ¡Vayan por ayuda!

Las dos obedecen a Yukari, quien no paraba de luchar por su vida y por salvar a todos. No obstante, el tiempo se detuvo a excepción de la joven, quien lanza cuchillos de plata sobre Yukari. Una vez reanudado el tiempo, la mujer gritó hasta que apareció Alize, quien la defendió gracias a una capa mágica con símbolos escritos por el otro lado y una espada.
—¡No dejaré que lastimen a las personas que amo, sobre si se trata de mi familia!— gritó Alize, quien aprendió a utilizar un poco de magia y comenzó a lanzar luces blancas y azules en forma de fuegos artificiales. Dentro de la capa, le aparecieron alas blancas hechas de la magia blanca y comenzó una lucha de dos contra una. La mujer de nuevo detiene el tiempo y lanzó más cuchillos de plata hasta volver a animar y las dos mujeres los esquivó rápidamente. Alize se defiende con una barrera mágica y Yukari vuelve a disparar hasta que abrió un nuevo portal con un tren. Pero lo hizo en vano, ya que la dama la lastima con romperle un brazo y la youkai grita de dolor. Alize chocó con la pared pero se levantó hasta lanzar espinas de rosal. La cazadora lanzó más cuchillos de plata y la maga lanza cuchillos de hielo, por lo que uno de ellos le hiere el brazo izquiero. Pero no se rindió, y Alize comienza a lanzar cartas de hielo. Sin embargo, ya no le quedaban más poderes y se acordó de su listón rojo en su cabello. Lo soltó hasta convertirlo en una espada de rubí mientras que su pelo de soltó revelando ser un hermoso pelo castaño oscuro hasta la altura de la cintura. Al chocar las dos espadas, se generó una violenta explosión, dejando a Alize malherida con algunos cortes y quemaduras ligeras hasta que cayó herida al piso. Su cabeza chocó de manera violenta contra el mismo hasta darle una herida en ella; la sangre brotaba y la desdichada mujer, al ver a su oponente con miedo, dijo suplicándole piedad:
—¡Por favor no me hagas daño! ¡Tú no eres malvada! ¡Trata de recordarlo!

"Mi niña..."

"Mi niña, tú no eres una máquina de matar. ¡Eres mi hija!"

Se escuchó la voz de una joven mujer. Era la voz de María, hablándole suavemente. La cazadora voltea hacia los lados para buscar. De la nada, se puede oír el sonido de una cajita de música oyéndose sin hacer ninguna presencia.

"Por favor.... Trata de recordarlo..."

Pero no había nadie...

Continuará...