Pulseras de papel [Completa]

025 | Otra oportunidad

Tiré el despertador por la ventana.

Cinco minutos después me levanté de la cama, busqué la toalla para ir a ducharme.

La ventana estaba cerrada, quebré el vidrio inferior.

Alice, ¿no quieres quedarte una semana más con Blaine?

Bajé corriendo por la escoba para recoger los trozos de vidrio.

A duras penas tengo dinero para comer, ¡¿De dónde sacaré el dinero comprarlo?!

Eché los vidrios a la basura y tapé la ventana con la cortina.

Me duché y preparé la mochila, bajé por mi comida instantánea y cepillé mis dientes.

Tomé la mochila, el móvil, las llaves, mi cabeza y salí corriendo de casa.

-- ¡Eli! --paré a descansar.

--Hazel --alzó sus anteojos-- ¿qué te hiciste?

--Nada --miré mi ropa.

--No, no hablo de eso, hablo de la blusa, ¡Es amarilla!, tu odias el amarillo

--Pero no a quien me la obsequió

Blaine me la obsequió.

Calló por unos instantes.

--¡Hazel! --me agarró de los hombros-- Asher y yo ya somos novios --gritó en la entrada.

--¡Callate! --grité.

--Ya todo el mundo lo sabe --sonrió.

--Pues yo no soy «todo el mundo». ¿Qué te dijo él? --caminamos buscando el aula de biología.

--Que le gusta mi personalidad. ¡Hazel!, ¡Asher y yo...

--Si, ya entendí Eli --rodé mis ojos.

--Llego feliz, y tú solo dices «ya entiendo»

--Sabes que no me gusta la idea de que salgas con Asher

--¡Le gusto!

--Cambiaste, por él. Si ambos son sinceros; ninguno debería mentir

--No estoy mintiendo --entramos al aula, yo detrás de Eli.

--Teñiste tu cabello de rojo, solo porque así le gustan a él

Eli se comenzó a enojar un poco, pero ella sabe que todo lo que digo es la verdad.

--Eli, tu que te enteras de todo, ¿sabes que Mitchell se ha fijado en alguien?

--¡Qué!, no

--Elizabeth Green, tome asiento y guarde silencio --dijo el profesor antes de comenzar la clase.

-–¿Sabes quién es? ––se inclinó Eli hacia mi.

--No, no se quién es

––Buen día chicos hoy... ––habló el profesor.

Intenté concentrarme, y logré hacerlo durante algunos minutos.

Las clases fueron muy aburridas, más que los exámenes.

El timbre sonó y Eli se veía más apurada que antes.

--¿Cómo estuvo la película ayer? ––preguntó mientras alcanzabamos la fila.

--¡Estupenda!, me encantó la película, las palomitas que regaste estuvieron deliciosas, y amé el refresco invisible

--Vamos Hazel, deja de ser así cariño