005 | Encima del tejado ✔

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De repente yo misma comencé a hacerlo también.

Nuestros labios estaban apunto de juntarse. Sentí el momento eterno, y que nuestras distancias eran cada vez más lejanas, ¿Por qué si nos encontrábamos en la misma banca?

Sus ojos brillaban, y sus labios estaban secos, no tenía idea de dónde fijar la mirada, y me estaba poniendo muy nerviosa.

Les contaré otro secreto: nunca he besado a un chico.

Mitchell bajó la cabeza.

Y... nunca lo haré.

–– No puedo, olvidé que eres... ––susurró lento.

Sin embargo no dejé que terminara la frase –– Ya, ya comprendí ––puse mis manos en frente para callarlo.

Me levanté de la banca rápidamente y aún con la linterna encendida salí corriendo de allí.

Comenzó a llover de nuevo, mis lágrimas se combinaban con las gotas de la lluvia, y mis pulseras empezaron a mojarse hasta el punto
de quedar inservibles.

En serio creí que Mitchell había cambiado, no, no tenía que hacerlo, pero sigue siendo el mismo idiota de siempre. Fui una estúpida. Nunca debí de aceptar.

Sacudí mi blusa antes de abrir la puerta.

Estaba considerando la idea de cancelar la operación el show de Cameron, pero seguirá en pie.

Objetivo No. 4 Conseguir una computadora.

Es prácticamente imposible, o demasiado difícil realizar lo que tengo pensado en un teléfono móvil.

Ya era muy tarde, Alice se encontraba dormida, y yo debería estarlo también.

Me acerqué al refrigerador para comer alguno de los aperitivos que guarda Alice todas las semanas.

Mi alimentación está empeorando.

Bien, en cuanto terminé de comerlo, me acerqué a la habitación de Alice.

Nunca tuve una computadora, no que lo recuerde. Y quizás pueda obtener la de Alice.

El solo abrir la puerta de su habitación hizo que se molestara un poco, aunque no se despertó.

Se me hizo difícil conseguir la mochila en medio de la oscuridad. Alice se despertó y encendió la luz.

–– Cariño, ¿Qué haces aquí? ––habló entredormida.

––Estaba buscando... ––alargue la frase para que en realidad me creyera.

–– ¿Qué buscas?

–– Nada importante, y perdón por entrar sin avisar.

–– No hay problema ––respondió aún sin estar completamente despierta.

Alice nunca es tan amable conmigo, quizás esté soñando.

Debería aprovecharlo. –– ¿Me prestas tu computadora? ––junté mis manos e hice un puchero.

–– Está bien.

Ni siquiera preguntó porqué, espero no se arrepienta de lo que está diciendo mañana.

–– La conexión de wi-fi...

–– Si, si ––alzó sin ganas las manos interrumpiéndome––, solo llévatelo y apaga la luz.

–– ¡Genial! ––hablé por lo bajo.

Objetivo No. 4 Logrado.

No fue tan difícil.

Tomé la mochila de su computadora, apagué la luz y salí de su habitación lo más rápido que pude.

Subí las escalas y entré a mi cuarto. El cargador del portátil se quedó en la habitación de Alice, su batería no es muy alta, tiene menos de la mitad.

Saqué mis zapatos y me acomodé en la cama.

10:30 pm y mañana debo levantarme más temprano de lo normal (para continuar con la operación).

El show de Cameron se acerca, eso me emociona.

Desbloqueé la computadora y conecté el celular.

Con la ayuda de algunos programas modifiqué el audio que utilizaría mañana, seleccionado cada una de la frases para que quedara tal como quería.

Aunque su batería era poca, alcancé a hacer la primer parte completa.

Espero poder tener mañana todo listo.

Apagué la computadora, la coloqué encima de la mesa y luego de cambiar mi ropa me acosté para descansar.

Miré el reloj, son las 11:46pm y no me he dormido nada.

×××

Fui «inteligente», coloqué la alarma a las 3:30 para que me diera tiempo de todo lo que tenía pendiente.

Encendí la luz, tomé la toalla y entré a el cuarto de baño.

En cuanto salí, me puse la ropa y tomé la mochila, a parte de otras cosas que necesitaba.

Le dejé una nota a Alice, y si en realidad continúa tan amable como anoche lo comprenderá estoy segura.

«Salí unas horas antes, es seguro. No llegaré tarde». Ni una sola palabras más, no importa lo que piense, sino está de acuerdo conmigo recibiré los regaños más tarde.

Cerré la puerta con total cuidado y salí corriendo, no, no en dirección al instituto, en dirección a casa de los Mitchell.

Apenas se ven las luces y ningún auto corre por la avenida. Nunca había salido de casa tan temprano.

Luego de llegar me dirigí al jardín trasero, tuve cuidado de no tropezarme de nuevo, y dejé la mochila en banca.

Saqué de ella el celular y un pasamontañas.

No querrán saber de donde lo tomé.

Me lo puse y guarde el celular en mi bolsillo.

Busqué como subir a la terraza, y no encontré nada seguro, incluyendo que mi estatura no ayuda demasiado.

Se encontraba una reja vieja contra la pared, la utilicé para subir. Raspé mis rodillas y raje uno de mis dedos con algunas púas.

¡Llegué a la terraza!

Sólo falta subir al tejado.

Apilé algunos adobes viejos que se encontraban esparcidos en la terraza, para poder subir a el tejado. Estaban bastante pesados, perdí demasiado tiempo.

Pude subir al tejado y en cuanto di el primer paso ya comenzaba a escuchar la ducha encendida.

¡Me divertiré mucho con esto!.

En el segundo paso rompí una de las tejas.

La ducha paró por unos segundos.

––

Quinto capítulo.

Nos leemos pronto 💝.

Pulseras de papel [Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora