040 | Chicos, chicos, chicos

1K 120 21
                                    

--Esto es absurdo --reí--, Eli, no querrás que me enloquezca, ¿verdad?

--Solo son cuatro chicos --me guiñó el ojo.

Stacy y Kendall soltaron una carcajada sin yo poder comprender el porqué de su burla.

Me acomodé bien en la silla y continué comiendo el último bocado que quedaba en la bandeja.

Fruncí el ceño mientras que Stacy me miraba fijamente.

--Ya creo saber porqué Hazel no quiere ir --alzó ambas cejas repetidas veces y luego elevó su cabello.

--¿Por qué? --preguntó Kendall que se encontraba justo a su derecha.

Rodé mis ojos y me levanté de la mesa.

--¡Pues por Matt! --dijo como si fuera algo obvio, tras abrir los ojos.

Tomé la bandeja para retirarme de la mesa ignorando a Stacy.

--¿Por qué lo dices? --preguntó Kendall.

--Se nota. Aunque acepte la cita con los cuatro chicos, no cambiará de opinión. Hazel --dirigió su mirada hacia mí-- es hora de que...

--¡Tu no sabes nada sobre mi! --la señalé alterada--. ¡Además no tengo nada que cambiar!, Matthew y yo solo somos amigos

¡Estoy cansada de este par de tontas!

Son como una copia de Elizabeth Green.

--Iré, iré --acepté solo por el hecho de que Stacy hubiera mencionado a Matt--, Eli --le di la vuelta a la mesa para acercarme a Eli.

Le tomé el brazo y la saqué de la mesa forzada.

Nos alejamos de allí y comenzó a hablar.

--No les prestes atención cariño, te veré en la biblioteca en cuanto terminen las clases

¡¿En la biblioteca?!, ¿Es es tu plan?

Asentí y luego de despedirme con un beso en la mejilla me dirigí al aula correspondiente.

--Hola Hazel --dijo Matt un poco burlón de camino al asiento.

--Hola --respondí seca.

--Discúlpame, pero si estás enojada no tienes porqué sacártelas conmigo

--No es eso Matthew --rodé los ojos y tomé asiento a su lado.

--Cambiando un poco de tema --soltó una risita tonta-- ¿Irías a casa hoy?

--¿Para qué?

--Nunca has ido, no conoces a mi familia, bueno en realidad sí --mencionó la última parte para sí--, pero me encantaría que fueras

No tengo ganas de ir.

Chasqueé los dientes, negué con la cabeza y arrugué la nariz.

--Vamos Hazel, dime que no te entran ganas de conocer a mi madre

--¿Y qué de diferente tiene? --pregunté abriendo los ojos.

Pulseras de papel [Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora