008 | Pizza con chicos

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Lo que había hecho esta mañana me tenía nerviosa todo el tiempo, sentía que la gente me miraba extraño o que era el centro de atención, aunque obvio no era así.

Acomodé mi mochila y sin esperar a Eli ésta vez, me dirigí a casa.

La gente me persigue y mira intimidándome, no me siento bien.

Me siento estupenda.

Al cruzar la última calle, el autobús pasó el semáforo en rojo.

Alguien se aventó encima de mi, es demasiado pesado e incómodo. En cuanto se bajo de encima volteé quedando boca arriba para ver a quien me había "salvado" la vida.

Un hombre, era claro. Nunca lo había visto antes, ni en el instituto, ni en las calles, ni cerca a casa.

––Hola ––saludó amable, extendiéndome la mano para ayudarme a levantar.

––Hola ––me levanté y puse el flequillo detrás de la oreja.

––No permitiría que el autobús te hiciera daño

––Pues, no hicimos daño ambos ––reí.

Mi cabello desorganizado era lo menos importante. Tenía las rodillas peladas, y las manos ardían de dolor por haberlas raspado.

Él creyó que no agradecía su acto.

––Eso no fue lo que quise decir, lo que quise decir es, ¿Cuál es tu nombre?

––Creí que era «gracias»

––Bien, si no quieres ––tomé la mochila para marcharme.

––Oliver, me llamo Oliver ––soltó una risa estúpida.

Tiene cara de inteligente por los anteojos.

––Te he visto algunas veces en el recreo

––¡Ahh!, ¿Aun estudias?

Su estatura y porte no lo aparenta, sin embargo sus anteojos son horribles.

––Si, solo que no hemos tenido ninguna clase juntos

¡Que suerte!.

––Espero que pueda serlo, ¿por qué?, ¿eres nuevo?

––Nuevo en mi último año, así es y no es nada bueno

Tenlo por seguro anteojos.

Disentí al instante ––bien, ya debo ––señalé atrás–– ir a casa

––Quizás pueda verte en el recreo mañana

Quizás no.

––Adiós Oliver

––Solo Olly

Como sea.

Corrí alejándome lo más rápido posible.

––¡Hazel! ––me alcanzó Eli–– ¿por qué no me esperarte?

––Debía irme ya

––¿Quién era él?

––Nadie importante Eli

––¿No será otro pretendiente?

Golpeé con fuerza su brazo derecho y se quejó.

Se quejó.

––Primero, Eli sabes que no tengo ninguno, segundo, nunca, nunca en mi vida saldría con él

––¿Y por qué hablaban?

––Claro, como tu hablas sólo por esa razón

Abrió la boca y cerró un poco lo ojos ––Hazel sabes que eso no es cierto

Pulseras de papel [Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora