050 | Piezas

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Dedicado a ti

Dos corazones latiendo por una misma razón, así somos Mitchell y yo.

Después de todo siempre hubo algo que me hizo dudar desde el principio. Nadie, nunca, podía asegurar quién era la chica de la cual él estuvo enamorado sin ninguna prueba, y mucho menos decir que las pruebas no demostraban absolutamente nada después de todo.

No fue fácil aceptarlo de golpe, no obstante con el tiempo fui aprendiendo que Mitchell nunca había sido para mí.

Luego cuando llegó la primera nota la última persona que pasó por mi cabeza fue él; fue lindo saber que alguien se interesó por mí, luego de haber tomado una decisión tan absurda ahora, pero no tanto en aquel momento, y aún más enterándome de que era él quién estaba detrás de todo esto. Él mismo chico que sufrió al no saber cómo hacer para hablar de lo que sentía, desahogándose con la misma chica.

Cameron Mitchell, no recuerdo en qué momento me enamoré de él. Lo único que tengo presente ahora es todo lo que hizo para acercarse a mí.

Ahora nada haría que lo hiciera cambiar de opinión, eramos, entonces, él, yo y sus moretones, que de una u otra forma se iban esclareciendo, o quizás sólo no los notaba por la poca luz en el jardín. Sin embargo, eso no remediaría lo que sentía precisamente por haber sido la culpable.

Tomé su mano con delicadeza para observar la pulsera en su muñeca, y mientras sonreía Mitchell me intimidaba con su mirada. No tardó cinco segundos en comenzar a acariciar su mano con la mía, provocando por unos instantes cosquilleos que subían hasta el antebrazo.

Habíamos perdido la noción del tiempo, ya había oscurecido bastante como para ver la luz radiante de las pocas estrellas asomadas en el cielo. Y yo solo había dicho que traería a Mitchell a casa.

––Es demasiado tarde Mitchell, debo regresar a casa, además Blaine creerá que ni siquiera he comido ––hablé rápido mientras acomodaba mi blusa y tomaba la mochila.

––Hazel ––tomó mi mentón para levantarlo levemente, dejé la mochila a un lado––, ¿Ves esto que hay aquí? ––inclinó un poco la cabeza y abrió su puño. En él estaban varios trozos de papel rasgados.

––¡Esa es... ––tomé un trozo y lo detallé apretando un poco los labios.

––Tu pulsera ––me interrumpió––, lo único que quería decirte antes de que te vayas es que... ––miró los trozos en su palma y luego me miró a mí––, ¡Oh por Dios! Todo el mundo lo sabe: no necesitas siquiera pensar en cambiar para agradar a lo demás, te amé desde siempre por como eras, no por como intentaste ser. No sabes cuanto me dolió haberte perdido, cuando ni siquiera te tenía ––se mostró bastante impotente––, desde siempre he sido...

Lo besé para callarlo e intentar que se calmara, todo terminó en un abrazo. Sentí por parte de él un pequeño sollozo.

––No, no ––hablé en voz baja mientras secaba sus lágrimas––, no tienes porque llorar Mitchell, estoy aquí ––tragué en seco.

Su mirada penetró en lo más profundo, no decía nada, simplemente me miraba con más ternura e inocencia. Tomé de su mano la pulsera rasgada y la observé varias veces.

––Es inevitable ––le escuché susurrar al viento.

Puede que sencillamente sean trozos contados de papel, pero me representaban a mí y como intenté ser hace algún tiempo; también el dolor de Mitchell, que se había ido a través del viento, desapareciendo en el camino.

Mitchell se quedó observando los trozos volar movidos por el viento, con una muy leve sonrisa en su rostro se perdió entre aquel acto: la muerte de una parte insegura, dando paso a que dos piezas de papel perfectas se unieran.

FIN.

––

Quincuagésimo capítulo 🙈

(Fue demasiado corto)Los amo

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(Fue demasiado corto)
Los amo. 💞

Pulseras de papel [Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora