Nueve

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Marinette despertó y vio otra vez espacios en blanco.

— otra vez en el hospital— se quejó, se levantó viendo a la misma enfermera de hace semanas.

— hola, señorita Marinette— contesto con una sonrisa. Marinette no tuvo ganas de sonreír.

— tuviste una crisis, son normales de las personas que tienen depresión.

Y eso tenía, depresión.

— lo sé.

Se limitó a contestar sentía su cuerpo débil, de la puerta entro su padre con el doctor

— ¡Marinette!— la abrazó.

— hola papá.

Correspondió el abrazo para que él no vea su dolor, debía estar feliz.

— señorita Marinette, ¿tomo las pastillas que le di?

Marinette asintió.

— bien, veo que no hacen efecto tendré que subirle la dosis.

Marinette blanqueo los ojos, era detestable tener que tomarlas y ahora le subiría la dosis lo cual significa sabor más feo.

— ¿Puedes dormir de noche?

— no mucho.

— les daré otras para que duerma, si sigue estos medicamentos y consejos pronto serás la de antes.

Que equivocados que están.

— doctor, yo nunca podré ser cómo antes.

— ¿Por qué lo dices pequeña?— los tres la miraron esperando la respuesta que tenía que decir a la pregunta del doctor extrañado sobre la actitud, pero era obvio que actúe así tiene depresión, el mundo la verdad feliz pero ¿Lo está?

porque antes mi mamá estaba viva.

¡Te odio Chat Noir! [Marichat]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora