Sesenta y cuatro

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Adrien sintió sus mejillas sonrojarse pero no desvió la mirada de los azules de la azabache como ella no desvió la vista de los verdes brillantes del rubio.

Quién los viese pensaría que están en una relación sin saber el tormento en el que se convirtieron sus vidas por un accidente. Se desconcertó al escuchar la risa de su acompañante, mirándola con extrañeza.

— el mundo si que es pequeño— paro de reír— quién diría que hemos sido cuñados por mucho tiempo y no lo sabíamos— Adrien le dio la razón, él mismo se sorprendió al descubrirlo.

— soy muy ciego la verdad— comento burlándose de sí mismo— eres idéntica a Bridgette y no lo vi hasta ahora, soy un tonto.

— dirás un grandísimo tonto— rieron— pero te entiendo, tenemos tiempo luchando lado a lado y no vi el parecido que tenían. Resultando ser la misma persona ¡Somos unos idiotas!— exclamó bajo.

— debes estar decepcionada que sea yo— hablo cabizbajo, Marinette miro sus pies pensando.

— no lo estoy— respondió segundos después.

— ¡Pero deberías!— se dirigía a ella apretando sus puños contra el césped— y-yo te cause mucho daño, te falle como héroe y como amigo.

— y me pediste perdón y te perdone, no te tortures más— Marinette intento calmar sus nervios, sentía una necesidad de incrustar sus uñas en su brazo pero no lo hizo.

— lo sé... ¡Pero es que yo— su voz fue silenciada por un par de labios que chocaron con los suyos. Se quedó inmóvil ante el repentino acto duro poco pero desbordó miles de emociones y deseos anhelados.

— hablas mucho ¿Lo sabias?— dijo seguido de un suspiro luego tomó el brazo del rubio deshaciendo el puño entrelazando sus dedos.

— Adrien pasamos momentos difíciles que aún cuesta similar pero tenemos un deber con esta ciudad, con el mundo. No podemos seguir viviendo en el pasado, se aprende de él y se sigue, llorar no hará que las cosas cambien. Vendrán golpes más duros y dejarán heridas más graves pero si nos tenemos el uno al otro, a nuestros amigos, a nuestra familia... Entonces no habrá nada que no podamos superar.

— ¡Tía Nette! ¡Tío Adrien!— llegaron agitados— ¡Hay un gatito atrapado en el árbol!

— esto es un trabajo para— se incorporó con pose de heroína— Marinette y Adrien— el rubio sonrió con galantería y se incorporó de un salto.

— señorita, será un honor cooperar contigo— exageró su reverencia y corrieron al árbol donde estaba dicho animal.

Ambos pequeños festejaron el rescate entreteniéndose con el felino que gustoso se aferraba al pecho de Adrien ronroneando.

— buen trabajo gatito— Adrien por fin pudo librarse de las garras del animal aliviado.

— ¿Qué puedo decir? Los gatos y yo somos como uno— rio. Detuvo su risa extrañando a la azabache, mirándola fijamente con una sonrisa pequeña— gracias.

La ojiazul se sonrojó y apartó la mirada tratando de tranquilizar su acelerado corazón con respiraciones lentas.

— vuelves a disculparte por este tema y te mataré, gato tonto— bufo caminando en otra dirección.

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— ¡Marinette!— llamó Bridgette, la mencionada giró con el ceño fruncido.

— ¿Dónde estabas? ¿Sabes cuánto llevamos aquí? Estaba por llamar a papá— reclamo.

— ¿A quién crees que le estás hablando así, señorita? ¡Soy mayor que tú, deberías hablarme con respeto!— ambas habían formado una llave mientras forcejeaban entre ellas.

— ¿Cariño?— susurró llamando la atención de la mayor.

— ¡Empate!— se soltaron— Marinette, antes de lo qué pasó, quería presentarte a alguien especial en mi vida— la azabache giró encontrándose una versión de Adrien más alta y con ojos azules.

— te presento a mi Christian Grey, mi esposo, Felix Agreste.

— ¡Ohhh! Jeje, que despistada soy, no me di cuenta que estabas aquí— se avergonzó— un placer, soy Marinette.

— un placer, Marinette, Bridgette me ha hablado mucho de ti— se saludaron con un apretón de manos.

— lamentó haberlos obligado a venir aquí— se disculpó— debieron de dejar muchas cosas pendientes.

— ¡Para nada!— se apresuró en responder— donde ella vaya, yo iré con ella, debo asegurarme que no se caiga Bridgette es muy torpe aunque no lo parezca.

— ¡Hey!— se quejó la mencionada.

— eso es de familia— rio nerviosa.

— ¿Dónde esta Adrien? Lo dejé al cuidado de los niños— comentó mirando a todos lados.

— jugaban a las escondidas— contestó la azabache menor, Bridgette envío señales a su hermana y esta pareció entenderlas pues asintió con una pequeña sonrisa aliviando el pulso agitado de su hermana.

— iré a buscarlos, querida no me tardo— le dio un rápido beso en la cabeza y las dejo solas.

— ¿Y cómo fue?— preguntó al segundo— hablaron ¿Verdad? ¿Cómo te sientes?

— bien, creo, aunque sigue disculpándose y hablando de lo estúpido que fue así que lo bese para que se callara— Bridgette se quedo boquiabierta.

— ¿T-tú hiciste qué?— casi se le caen lágrimas de alegría— ¡Awww! Mi linda hermanita esta siguiendo los pasos de una acosadora profesional, que orgullosa estoy de ti Nette— la abrazo con fuerza.

— y eso que no has visto el calendario— rio Bridgette se separó y exigió que se lo mostrara cuando llegasen a casa.

— por cierto, ya conocí a tus hijos, son unos encantos aunque creo que me teñiré las puntas para que nos diferencien— volvieron a reír más fuerte.

Vieron venir a los pequeños corriendo hacia ellas con una sonrisa en la cara y un pequeño animal en las manos.

¡Te odio Chat Noir! [Marichat]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora