Trece

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Ya había amanecido, y con eso la azabache despertaba con la mirada perdida.

— buenos días, Marinette.

La pequeña bostezo mientras volaba hacia ella.

— hola, Tikki— camino hacia el baño y se encerró ahí durante unos momentos para después salir con una toalla al rededor de su cintura.

— veamos, ropa, ropa y más ropa— rodó los ojos y sonrió.

— ¡Pero bueno! Dejemos ese lado negativo, vayamos al positivo. ¿Verdad mamá?— vio una foto de ella en su escritorio.

— ¡Marinette! ¡Se te hará tarde!— mi padre comenzó a gritar desde abajo.

— ¡Ya voy papá!

Volví a mirar mi armario y solo tenía otra ropa que normalmente no uso a diario.

— Mari, será mejor que te apures.

— lo sé, Tikki.

Por último saco lo primero que encontró y el resultado fue...

Su cabello seguía mojado así que solo se lo cepillo y lo dejo suelto

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Su cabello seguía mojado así que solo se lo cepillo y lo dejo suelto.

— vamos Tikki.

La pequeña hizo caso y se metió en su mochila u bolso, bajo al comedor y tomo una tostada y jugo de naranja.

— buenos días, papá.

Dijo, recibió un beso en la cabeza por parte de su padre y una sonrisa se le veía contento.

— Mari, hoy puedes salir si quieres la panadería estará cerrada por un tiempo— sonrió y Marinette escucho con atención cada palabra con una ceja alzada.

— está bien, papá— fue a lavarse los dientes y se despidió para salir de su casa e irse al colegio.

por lo visto nunca dejaste a esa mujer.

¡Te odio Chat Noir! [Marichat]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora