Cincuenta

189 20 1
                                    

Después del chequeo, Marinette decidió dar una vuelta por el lugar.

Busco la cafetería por su taza de chocolate caliente, era temporada de invierno y aún así prefería estar solo en bata y las pantuflas del hospital.

— ¡Oh!

Escucho una voz, entonces la enfermera de esa vez llegó hasta ella a paso rápido.

— no estarás escapando ¿Verdad?— alzo una ceja, Marinette negó con las manos y cabeza y  la enfermera dio una pequeña risita— eres muy tierna, ¿te lo han dicho?

La azabache se sonrojó poro dicho y sonrió apenada.

— ¿Ibas a la cafetería?— asintió— vamos, es hora de mi descanso y el chocolate de aquí es delicioso.

Ambas pidieron dos tazas grandes de aquel manjar y se sentaron en una mesa de colchones con vista a un pequeño parque, si podría llamarse así.

— disculpa, ¿tienen permitido hacer esto— señaló el lugar— con los pacientes?

La mayor contesto.

— seguramente— dijo con una pequeña sonrisa al final— y es mejor compartir una rica taza de chocolate con alguien.

Marinette le sonrió y tomó un pequeño sorbo del líquido.

— no supe tu nombre— le hablo— ¿Cómo te llamas?

— me llamo Amber— musitó— y tú eres Marinette.

Asintió. Quería hablarle de aquel día pero no sabía cómo sacarle el tema, tomó aire y busco las palabras correctas.

— quisiera hablar sobre algo en especial— comenzó con timidez. La rubia se acercó un poco a ella y le susurró.

— descuida, tu identidad sigue estando bien guardada conmigo— se aparto y levanto el pulgar en señal de todo bien.

— n-no era eso especialmente, aunque ahora que lo mencionas... Gracias, deberías saber que podrías estar en peligro si alguien malo sabe de eso.

Amber rio un poco.

— tranquila pequeña azulina, mientras que no abra la boca, estaré bien.

A Marinette le pareció algo gracioso de cierto modo le recordaba un poco a Bridgette.

— ¿Qué querías decirme?— pregunto dándole paso a que Marinette hablo.

— ¿Recuerdes el día que llegue esa vez?— asintió— ¿Puedes narrarme cómo pasó?

Amber hizo algo de memoria y comenzó.

— estaba en mi descanso, como ahora, viendo las noticias y lo que pasaba allá fuera. Llamaban a todos los enfermeros para atender a heridos que iban llegando de uno en uno, fue cuando Chat Noir llegó— Marinette se tensó— estabas llena de polvo y te sangraba la cabeza, incluso él estaba herido pero pidió que te atendieran rápido, vino gritando «¡Ayuda, por favor!» Llegue con una camilla y con un compañero más pero él tuvo que atender a otro paciente que llegaba del derrumbe. Así que solo estábamos Chat Noir y yo junto a ti.

La ojiazul prestaba mucha atención, para aquello que relataba ella ya había perdido la conciencia así que no sabía nada de eso.

— habías respirado mucho humo, te estabas asfixiando Marinette— hablaban por susurros, aunque no había casi nadie de gente en la cafetería, y ambas estaban apartadas del resto. Mejor prevenir que lamentar— te tardaste en volver en ti, Chat te dejo en mis manos y se fue. Aunque lo suyo no fuera tan grave como el tuyo, tenía heridas. Te salvo la vida.

«Y le arrebató la vida a mi madre» pensó.

¿Alguna vez cometiste algún error siendo heroína?— le pregunto algo ansiosa— los héroes se ven tan perfectos y pareciese que hacen todo bien, me inquieta saber si pueden cometer errores o no.

Marinette se quedó pensando, ¿cometió algún error alguna vez?

— creo que sí— contesto no muy segura hasta que recordó a Lila y cómo la había tratado usando el traje de Ladybug. Y las veces que había usado el traje para negociación propio— sí, creo que muchas veces.

Amber se sorprendió un poco pero luego le dio una sonrisa confortable.

— bueno, incluso los héroes no son perfectos. Nadie lo es la verdad.

¿Alguna vez cometiste un error siendo enfermera?— pregunto curiosa. Amber asintió resignada.

claro que sí, a veces no me fijaba si el piso estaba resbaloso y terminaba tropezando con algún doctor y los papeles salían volando o mientras que llevaba las medicinas, me distraía y me atrasaba con mis tareas. Soy humana, Marinette, si no me equivocara entonces sería un robot sin gracia— contesto.

pero algunas veces, no eran errores lo que me pasaba, pasaban cosas que debían pasar— sonrió triste— a veces, no puedes salvar a todos, Marinette. Aunque diste lo mejor de ti y lo intentaste, hay cosas que tienen que pasar. Yo solía creer que no había una sola persona a la que no pudiera salvar, mi misión era salvarlos a todos... La primera vez que perdí a un paciente era un niño de 12 años con leucemia. Era tan pequeño e inocente pasó casi toda su vida de hospital e hospital y cuando ya se estaba mejorando una caída y acabó. Recuerdo que siempre tenía una sonrisa alegre y una mirada triste, era un niño sano por fuera pero se moría por dentro.

Marinette le tendió una servilleta para que borrara unas lágrimas que habían salido de sus orbes avellanas.

— fue mi primera muerte, lloré mucho después de eso... La madre del pequeño se me acercó antes de irse, me dijo que todo estaba bien y que ahora puede ser un niño sano por dentro y por fuera, claramente llore más cuando me dijo eso. Meses después volvió pero estaba vez estaba en labor de parto, tuvo otro varón pero esta vez, sin ningún problema... Ese es el orden de las cosas Marinette, una se va y otra viene. Después del pequeño se me fueron otras 10 personas, pero ninguna me dolió más que la primera. No habré sido nada de él, pero viví su dolor día a día hasta su último respiro.

Marinette le tomó la mano mostrándole comprensión, la muerte de su madre fue el impacto más doloroso que pudo pasar y aún dolía... ¿Cuánto más iba a dolerle?

¡Te odio Chat Noir! [Marichat]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora