Y tal como prometió, Chat regresó esa noche y Marinette lo esperó mirando la apertura que conectaba al tejado con su habitación esperando la llegada del minino.
— buenas noches, princesa— alargo la r como un ronroneo y sonrió con coquetería.
— ¿Qué tal, gatito?— preguntó a lo que el felino volvió a sus antiguos chistes de gatos pero esta vez le causaban gracia a la azabache.
— ¿Quieres ver una película?— preguntó la ojiazul. Chat la miro extrañado.
— princesa, ¿no deberías descansar para recuperar tus fuerzas?— la azabache rodó los ojos negando.
— te aburrirías de verme dormir— rio pero fue el turno de Chat negar con la cabeza.
— ¿Cómo podría? Las obras de arte nunca me aburrirían— Marinette desvió la mirada sonrojada golpeando ligeramente el hombro del rubio.
— solo pudiste decirme que no quieres ver una película— se aclaró la garganta.
— de hecho, me gustaría ir a un sitio contigo ¿Puedo?— aquello la sorprendió.
— ¿Ahora?— preguntó aún sorprendida, el rubio asintió— esta bien pero a dónde.
— será una sorpresa— Marinette infló los cachetes resignándose a la idea de saber el lugar. El héroe la cargó con cuidado pidiéndole que se sujetara antes del viaje.
— lista— Chat Noir le sonrió y dio un salto para llegar a otro tejado, la azabache solo cerró los ojos al inicio por el impulso y luego los mantuvo abiertos recordando la sensación del aire en su rostro cuando se balanceaba por los edificios.
Chat daba saltos con delicadeza y caía suavemente todo con tal de no incomodar a la chica pero Marinette estaba tan impresionada al sentir, de nuevo, el aire en su rostro de esa manera que poco le importaba si Chat saltaba más alto cada vez.
Llegaron hasta un tejado de un edificio abandonado, Marinette se asombró al ver un camino de velas por los lados, una manta en el suelo y un ramo de flores.
— ¡Sorpresa!— exclamó orgulloso por planificar eso él solo, bueno, tenia que admitir que tuvo ayuda de las ideas que Nino y Gabriel le ofrecieron.
— ¡Joder que hermoso!— se tapo la boca riendo con timidez— quiero decir que es asombroso. Gatito tienes buen gusto.
— bueno, estoy enamorado de la mujer más hermosa del mundo— si no hubiera sido porque Marinette le tapó la boca cuando estaba alzando la voz probablemente Chat lo hubiera gritado a los cuatro vientos.
— ¡Chat Noir! ¿Tienes idea de la hora que es?— regaño sonrojada.
— ¿Hora de decirte que te amo?— volvió a sonreírle con picardía, la azabache se volvió un tomate— porque te amo, princesa.
De su espalda sacó el ramo de flores entregándoselo con mucha ilusión en su mirar. La azabache no entendía en que momento tomó el ramo de flores pero ahí estaba, el ramo en sus manos y aquel chico con traje de gato frente a ella esperando una reacción.
— ¿Qué haré contigo, gatito? Estás lleno de sorpresas— rio y Chat sintió que estaba volviendo a vivir la misma escena dándole ternura.
La ojiazul aprovechó su distracción para robarle un segundo beso corto.
— ¡Hey! Eso no se vale, estaba distraído— se quejó Chat. Marinette sonrió y queriendo complacer al ojiverde volvió a acercarse pero esta vez el rubio estaba atento bajo un poco su estatura para quedar igual que la ojiazul.
Sintiendo el suave tacto de los labios de la azabache sobre los suyos comenzó, otra vez, la ola de sentimientos de alegría y anhelo volvieron.
Lo que se interponía en su camino de poder acercarse más fue el ramo de flores que la azabache seguía sosteniendo con cuidado de no aplastarla de más. Chat maldijo haberle dado las flores aquí y no en su casa, solo estaban estorbando según él.
— gracias por la sorpresa, Chat— agradeció dándole unas palmadas en la cabeza con suavidad.
— de nada, princesa— hizo una pequeña reverencia que cortó al sobresaltarse— ¡Cierto! Hay algo que quiero que veas, también— tomo a la azabache de los hombros y guió hacia una escalera que llevaba hacia otra parte más elevada de aquel techo.
— ¿Más sorpresas? Chat, te agradezco pero no es necesario que me des tantas sorpresas— Chat bufo.
— nunca es suficiente— comentó haciendo suspirar resignada a la azabache, la ayudó a subir y una vez que ambos estaban lado a lado Chat le pidió que cerrara los ojos un momento. Lo vio con desconfianza pero cerró los ojos tratando de adivinar qué era lo que seguía.
— ábrelos princesa— pidió quedando boquiabierta. Camino casi arrastrando sus pies seguida de Chat quien volvió a sonreír victorioso.
La ciudad de la se encontraba iluminada por tonos de distintos colores que brillaban como si fueran una estrella, la torre Eiffel había encendido sus luces e iniciaba un espectáculo de luces que solo Paris sabe dar.
— e-e— tuvo que aclararse la garganta para poder hablar— ¡Es hermoso!— exclamó.
— ¿Verdad que sí? Es igual de hermosa que tú— sonrió— es la mejor vista en todo Paris y era mi escondite secreto, ahora es nuestro.
Marinette despegó su vista de las luces y la dirigió a esos verde esmeralda iluminados por las luces de la ciudad.
O tal vez por ella.
— Chat Noir— suspiró— ¿No crees que te estás ilusionando mucho conmigo?— Chat bajo sus orejas un poco.
— ¿Es muy obvio?— sonrió torpemente.
— Chat, no me mal entiendas, esto es muy bello las flores, las luces ¡Todo! Sin duda es la mejor noche de mi vida y te lo agradezco mucho— dijo con sinceridad— pero no quiero que salgas lastimado. No quiero volver a herirte.
— ¡No pasará! Mari soy yo él que no quiere volver a herirte, nunca más. Confía en que todo saldrá bien— le sonrió para darle su apoyo. Marionette seguía con duda pero le devolvió la sonrisa y siguieron viendo la ciudad.
— princesa— llamó— sigues con dudas ¿Verdad?— le apenó asentir.
— temo que si pierdo el control te diga algo hiriente— confesó cabizbaja.
— hay cosas inevitables, tú lo dijiste, no puedo decir que no pasará porque no lo se pero si te aseguro que seguiré a tu lado para apoyarte y cuidarte. Seguramente no sea el momento ideal pero quiero preguntarte si a pesar de todo nuestro pasado ¿Quieres salir conmigo?
ESTÁS LEYENDO
¡Te odio Chat Noir! [Marichat]
FanfictionSiempre eh creído en los héroes, aunque me pareciera una fantasía. No creí convertirme en una de la noche a la mañana, los héroes están para protegernos y salvarnos cuando estamos en peligro pero... ¿Qué pasa cuándo el héroes es el culpable de una m...