26. Verónica

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Departamento de policías

26 de Julio de 2016

2:16 pm

POV Magnus

— La información que Magnus obtuvo de Camille, nos da tres posibles lugares donde Verónica puede estar. — Maia habla mientras coloca una foto de cada lugar en el primer pizarrón.

— Formen brigadas. Iremos a los tres lugares al mismo tiempo, no podemos darnos el lujo de ir de uno en uno. — La voz de Alec resulta demandante, tal como debe sonar la voz de un detective al cargo. — Salimos en treinta minutos.

Todos salen de la oficina dejándonos solos. De inmediato Alec comienza a colocarse el chaleco, sus armas y de nuevo su chaqueta de piel. Desde mi lugar en el sillón, el hombre se ve tremendamente guapo aun con todo eso encima.

— ¿Te gusta lo que ves?

— Demasiado.

Me pongo de piel de un salto y camino a él.

— Alec... ten cuidado.

— Estaremos bien Magnus, quédate tranquilo.

— No estaré tranquilo hasta que te vea regresar en una sola pieza.

Se inclina y me besa suavemente en los labios.

—Entonces será mejor que vuelva pronto.

—Definitivamente.

Besa mi frente y sale del lugar, dejándome en el silencio de su oficina.

******

La misión a durado más tiempo del estimado. No me dan ninguna información y ni pensar en hablar con él, eso básicamente imposible. Así que solo me queda sentarme a esperar y rezar porque todo esté bien.

Enciendo la computadora de Alec, tecleo la contraseña que me dio y comienzo a revisar los videos de la página que Simón encontró. No es la mejor forma de pasar el tiempo, pero la curiosidad me mata.

Seleccionó el video que lleva por nombre "Zara"

No puedo decir que tan asqueado quede luego de ver ese video. No entiendo como esa gente no se hecha correr en ese momento. Zara está todo el tiempo atada y todos pasan por ella, en un inicio llora, grita e intenta zafarse del agarre de sus cadenas, pero luego de un rato deja de hacerlo y solo desvía su mira al espejo que la recibe gustoso con su imagen y se deja hacer... y después de un rato el momento llega, dos finos cortes, uno en cada muñeca y el hombre de los espejos es último en poseerla mientras ella muere.

Yo pude ser ese. Estuve tan cerca de serlo, si Alec no hubiera llegado... no quiero ni pensar que hubiera pasado.

El zumbido en mis oídos me hace regresar, primero pienso que es gracias al impacto que el video provocó en mí, pero me doy cuenta que en realidad el pequeño zumbido viene de fuera de mi cabeza.

Comienzo a poner más atención al lugar y a recorrerlo en busca de algo que ni siquiera yo se que es. Solo me guío por el pequeño zumbido que empieza a desaparecer.

Me acerco de nuevo al escritorio de Alec y de nuevo el sonido incrementa. Reviso el escritorio de pies a cabeza hasta perder la paciencia y cuando tomo la pluma de su escritorio y la acerco a mis labios todo tiene sentido.

Desarmó de forma rápida la pluma y encuentro la razón del zumbido: Un micrófono.

Pero... ¿Porque comenzó a hacer ese zumbido? Eso solo pasa cuando existe una interferencia, cuando se tiene otro micrófono cerca.

Mierda.

Me quito el saco de forma rápida y lo sacudo y entonces el pequeño artefacto cae de uno de los bolsillos.

—! Maldita sea Camille ¡

Tomo el celular y marco el número de Alexander de forma urgente.

—Magnus realmente este no es un buen momento.

— Encontré un micrófono en tu oficina, dentro de una pluma y Camille coloco otro en mí el día de hoy... él ya debe saber que van, él.... — No hay más que silencio. — ¿La encontraste cierto?

—Si... está muerta.

El silencio crece en la línea y no puedo evitar que algunas lágrimas escapen de mis ojos y un dolor oprima mi corazón.

—Debemos revisar lo de los micrófonos Alec... eso solo dice una cosa... tenemos un topo.

— Nos encargaremos de eso en cuanto llegue, pero ahora mismo necesito que vengas a la escena del crimen.

— ¿Yo?

—Sí, necesitemos que nos ayudes a identificar a la segunda víctima.

Segunda. No puede ser.

—Dame la dirección y salgo de inmediato.

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