51. Todo esta bien

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N/A: Con este capítulo llegamos al final de la historia, solo falta el epílogo.
Muchas gracias por el apoyo y espero les guste este.
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«Alec»

Cuando escucho a Magnus, creo estar soñando, pienso que estoy cerca de morir y que su muerte no es más que una especie de voz que me acompañara.

Me relajo por un momento, mi respiración ya es pesada y comienzo a tener problemas.

Una de las cosas que nos enseñan en la carrera es anatomía, solía odiar esa clase, pensaba que era una pérdida de tiempo, que jamás trataría con un vivo.

La cosa es, que cuando sale a la vida, sale de las cuatro paredes del salón de clases y comienza a llevar casos, se da cuenta de lo útil que resulta. Aprendes, que no solo funciona para una persona con pulso. Las personas que mueren, tienen el mismo derecho de ser diagnosticados, de saber cual fue su causa de muerte.

Conocer que órganos atravesó la bala que recibieron o la herida punso cortante que terminó con su vida.

Y en otros casos no tan buenos o altruistas como los otros, suele ser un recordatorio, una forma de saber como tú cuerpo se está apagando, como te quedas sin tiempo, como mueres.

Ese era mi caso.

Era capaz de distinguir todas las funciones, de saber que mi pulso estaba disminuyendo, que la falta de oxígeno creaba el dolor de cabeza y alucinaciones y que el peso en mi pecho al intentar respirar indicaban el inicio de una fallo pulmonar que pronto llevaría a uno cardiaco por la debilidad en mi cuerpo.

Estaba muriendo.

Por eso, al escuchar la voz de Magnus creí que era el momento, el era lo único que quería, lo que esperaba se quedara conmigo.

Hasta que escuche hablar a Mike, Magnus no era producto de mi imaginación, Magnus era real y estaba afuera, intentando salvarme y poniendo en riesgo su vida.

Intente hablar, pero mi voz no era más que un susurro.

Vete, por favor, vete.

Deseaba que se fuera y que se quedara en partes iguales.

Vete Magnus.

Ya no podía hablar, intentarlo dolía, así que solo rogué porque se fuera, rogué porque todo terminara, rogué por primera vez en mi vida, rogué por morir.

Quería morir.

Dos disparos, es todo lo que escuche.

El dolor en mi pecho y mi garganta al gritar su nombre.

Eso es todo

«Magnus»

Duele.

Hago una mueca y me levanto, no puedo detenerme por el dolor. No llegue tan lejos solo para esto.

Mike está en el piso y un charco de sangre lo cubre, mis pasos son pesados pero seguros, aún con el dolor y el aturdimiento.

Estando cerca puedo observar que sigue respirando, mi bala solo le dio en un costado, de lado derecho.

—No eres tan cobarde después de todo. — Suelta una risa y escupe un poco de sangre pero no se levanta. — Eres capaz de disparar un arma, pero no de salvar a tu amante.

Estira la mano y antes de que alcance el arma, le disparo de nuevo.

Una, dos, tres veces más.

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