7. Te lo suplico

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30 de Junio de 2016

En algún lugar de Nueva York

Hora indefinida

Creo que ya perdí la cuenta de los días que llevo encerrado, no veo la luz... siempre esta oscuro en este lugar y solo la luz de las velas iluminan la habitación.

No sufro de hambre ni de sed, luego de ese día comencé a comer y a tomar todo lo que él me daba sin chistar. En un inicio creí que eso detendría los golpes pero me equivoque, las cosas solo empeoraron luego de ese día. Los golpes estaban presentes a cualquier momento incluso se habían hecho una costumbre.

Creí que no podía estar más humillado, mis muñecas y tobillos estaban lastimados por las ataduras al igual que mi cuello, que ahora me lastimaba con el solo hecho de moverlo de un lado al otro, mi cuerpo estaba lleno de golpes y heridas, algunas más profundas que otras, pero que a la luz de las velas y viéndolas en el gran espejo que tenía por pared se veían como heridas graves y que debían ser tratadas. No me reconocía más... ya no era yo. Me estaba perdiendo y la esperanza por ser encontrado había disminuido gradualmente.

Pero lo peor llego hoy cuando el entro.

Apago las velas al entrar quedando en completa oscuridad, yo me arrincone lo más que pude a la pared pues tenía miedo. Su respiración sonaba agitada y pesada.

No sé en qué momento se acercó a mí, solo lo supe cuando sus manos decoradas con guantes comenzaron a tocar mi cuerpo, a acariciarlo... no pude sentir más que asco y fue cuando comencé a luchar...tenía que hacerlo. Lo aparte con las manos y patee lo más que pude intentando alejarlo de mí, hasta que una de sus manos me tomo por el cuello y me aprisiona entre el piso y su cuerpo.

Era horrible, era humillante.

No quería estar consciente cuando lo inevitable pasara, así que solo me deje ir y me deje hacer, esperando el horrible momento.

Pero no paso.

Lo único que hizo fue acariciarme, tocarme, y quitarme la ropa, hasta dejarme solo en ropa interior, complacerse a sí mismo y luego vaciarse cerca de mí para que fuera capaz de sentirlo.

—La próxima... será dentro de ti... - Su voz me saca de mi ensoñación para dejarme alerta.

— ¿Por qué no solo lo haces y acabas con todo esto? – Sueno cansado, agotado tal, como me siento.

—Porque quiero disfrutarlo, quiero que veas tu reflejo en mí cuando este tocándote, cuando grites por ayuda, cuando me supliques que no lo haga... cuando acabe con tu cuerpo y contigo.

—Te lo suplico... solo déjame ir... por favor... no soy nadie, nadie te dará dinero por mi... por favor solo déjame ir – Las lágrimas comienzan a salir porque no quiero controlarlas, porque estoy débil y cansado.

—En eso te equivocas gatito... si me pagaran mucho por ti... es una lástima que tú ya no estarás para ver eso...

— ¿De qué hablas?

—Del video por supuesto... todo se grabara... y la gente enferma como yo pagara mucho dinero para ver cómo usan tu cuerpo y como yo soy el último en acabar dentro de ti para luego matarte. Por ver eso la gente paga mucho mucho dinero.

No digo nada, no puedo decir nada, no hay palabras.

Al parecer era cierto lo que dicen... Los verdaderos monstros son los humanos.

—Sera mejor que descanses gatito... mañana será tu gran día.

Y yo ya empiezo a temblar de terror desde este momento.

Se me acaba el tiempo.

No EscapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora