47. Mike

665 55 58
                                    

18 de Agosto de 2016
1:12 am
Pov Alec

El dolor en la cabeza es insoportable, un fuerte zumbido es todo lo que tengo. Intento ponerme en mis rodillas pero todo mi cuerpo duele y abrir los ojos resulta doloroso por un momento.

Cuando al fin puedo hacerlo, una sola luz es la que hace que adapte mi vista al lugar. Es una habitación completamente vacía y en completo silencio con excepción de una gota que golpea constantemente contra el piso.

Y ese sonido, es el que me regresa a la realidad, comienzo a recordar. Me paro de inmediato ignorando todo el dolor, pero las cadenas que antes no había presenciado me lo impiden haciendo que suelte un leve quejido.

—Maldición

Recargo mi cuerpo en la pared y me deslizo hasta quedar sentado nuevamente. Con la poca luz que brinda la pequeña lámpara, analizó las cadenas en mis manos y cuello. Además no llevo ropa, más que la ropa interior. Recuesto la cabeza en la pared y respiro intentado controlar mi respiración.

—¿Alec?

—¿Magnus?

Por favor que sea él, que esté bien. Por favor.

Dios, de verdad eres tú.

Y eso es todo lo que necesito.

—Soy yo amor. ¿Estas bien? ¿Te hizo algo? ¿Que ha pasado?

El ruido de las cadenas me indica que se ha puesto de pie y que se acerca de apoco, como si no terminara de creer.

Cuando la poca luz que la lámpara ofrece, me muestra a la persona frente a mi, siento como me recorre un estremecimiento, para dar paso al cólera.

El cuerpo frente a mi está lleno de golpes y heridas. Se parece tanto al Magnus que conocí, al Magnus que rescate.

Intento acercarme a él pero las cadenas me lo impiden, así que el que avanza es él, hasta que queda sobre mi regazo.

Mis brazos abrazan su cintura y el hunde su cabeza en el hueco de mi cuello.

—Lo siento Magnus, lo siento tanto.

—No es tu culpa. No es culpa de nadie.

—Si te hubiera dejado ir, si no te hubieras quedado conmigo, no estarías aquí.

—No, estaría muerto y no habría conocido a la persona que más amo. Así que no... nada de lo que hicimos estuvo mal. Solo la situación no fue la mejor para encontrar al amor de mi vida.

—¿Soy el amor de tu vida?

—Lo eres y siempre lo serás.

Me besa dulcemente y limpia mis lagrimas.

—Debo sacarte de aquí.

—No hay salida. Lo intente y esto es una jaula. Se acabo.

— No, no puede terminar así.

—Amor... — Toma mi rostro entre su manos y me hace verlo — Basta. Te amo.

—No voy a dejar que esto termine, no así.

— Te recuerdo que yo soy el de la cadena larga y ya revisé todo el lugar, no hay salida.

Le doy una mala mirada.

—¿Que hacemos entonces?

— Quédate conmigo, solo eso.

— Te amo

— Yo también te amo.

*******
Como Magnus dijo no existe mucho por hacer, el lugar es una maldita caja. Así que nos quedamos en silencio, abrazándonos y brindándonos apoyo. No es seguro que alguien conozca el lugar en el que estamos, este podría ser el fin.

No EscapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora