No Escape

32. La primera tarea

Departamento de Alec
03 de Agosto 2016
7:00 am
Pov Magnus

El breve zumbido del teléfono me levanta, lo tomo de la mesita de noche solo para darme cuenta que no se trata de mi teléfono, si no del celular que me dio el hombre de los espejos y que descansa en la bolsa del saco.

Respiro profundamente y me levanto pesadamente de la cama, intentando no despertar a Alec.

Cuando tomo el aparato, lo único que brilla en la pantalla son las letras que indican el número desconocido. Controlo el temblor de mis manos y cierro la puerta de la habitación para dirigirme a la zona más alejada del edificio.

Una vez en el balcón y con la puerta cerrada tras de mí, tomo la llamada.

— ¿Qué es lo que quieres? — Mi tono de voz delata mi enojo.

— Que hagas tu primer trabajo para mí.

Rechinó los dientes y cierro el puño, intentando controlar mi ira.

— Pues habla, que no tengo todo el día, Alec despertara pronto y él no puede saber nada de esto.

— Oh... mi querido Alexander, no puedo esperar a ver la cara que pondrá cuando se entere de esto.

— Cierra la maldita boca y dime qué demonios quieres que haga.

No sé de donde saco la valentía, pero mi voz suena fuerte y segura.

— Bien, parece que vamos avanzando y como veo que llevas tanta prisa, seré breve.

Repaso la habitación detrás de mí para asegurarme de que Alec no venga.

— Esta madrugada deje un pequeño regalo para Alec y para ti en su oficina, nada que no los deje sorprendidos y necesito que cuando todos estén analizando dicha sorpresa tu querido Magnus... implantes evidencia.

— Qu...

— Shhh! Escucha y después hablas, la pondrás en el escritorio del detective Herondale. — Mierda. — Te juro que será divertido gatito, pero necesito a que seas inteligente y que nadie te vea y recuerda las cámaras de seguridad.

— ¿En dónde está la "prueba"?

— Llegando a tu puerta en cualquier momento.

Me dirijo rápidamente a la puerta y la abro antes de que alguien pueda tocar. Mis pies chocan con un pequeño paquete color marrón.

— Bueno Magnus, si ya tienen el paquete en tus manos. Te dejo y no hagas nada que pueda poner el peligro a Alec, querido. Hablamos luego.

Y la línea se corta. Solo silencio y el irritante sonido del aparato.

Me encierro en el baño para poder abrir el paquete y lo que encuentro dentro debe ser una broma.

En una bolsa de plástico trasparente, se asoma un cuchillo, aún con sangre en sus orillas, intento no gritar y dejo la bolsa de lado, justo de bajo una nota blanca se asoma, es sencilla y concreta.

"Arma homicida de Verónica"

No puedo hacer esto. Este hombre intenta inculpar a Jace o simplemente quiere sembrar duda entre el departamento, pero... aún con esto, esta prueba es una arma de doble filo.

Meto de nuevo el cuchillo a la caja, entro a la habitación y coloco la caja debajo de la cama.

No sé cómo mierdas voy a hacer eso, no quiero y no puedo inculpar o sembrar dudas en uno de los hermanos de Alec, pero... no sé qué más hacer.

Debería contárselo a Alec, es solo que no tengo ni idea de cómo hacerlo. Y lo más importante no es en quien puedo confiar y en qué lugares estoy seguro.

Estoy preocupado. Preocupado porque juego para dos bandos, intentando ayudar a Alec a dar con el hombre de los espejos y con este mismo ayudándolo a sembrar duda.

Y tengo perfectamente claro que en algún momento con alguno de los dos voy a fallar y ese será el fin de todo.