12. Un sombrero que trae de cabeza

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¡Hola de nuevo a todos/as! Gracias por el apoyo de nuevo, ¡ya he superado las 300 visitas! Vamos a seguir trabajando con esta historia para que continúe gustando ;) 

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Estos capítulos a mí me gustan mucho, es un comienzo de algo que puede ir en cualquier dirección...¡nos vemos en el siguiente!

La frustración estaba carcomiendo a lady Sophie como la termita a la madera. Sus amigas le habían escrito varios días, preguntando porqué se había ido sin despedirse de las carreras, e invitándola a dar paseos con ellas. Pero no, Sophie no había respondido, porque estaba enfadada, ¡furiosa más bien!

Si iba con ellas, sería inevitable tocar el tema de lo buen hombre que era lord Cassidy y lo increíble que había sido que el duque la eligiera como "trofeo". Bien, pues nada de eso le importaba un comino a la joven ahora, no estaba de humor para charlas ligeras,¡ella sólo quería recuperar su dichoso sombrero! Hacía nada que estaba yendo a la modista a recogerlo para estrenarlo, y ahora ese estúpido de lord Graham lo tenía en su poder, ¡y era su favorito!

Se había estrujado los sesos en mucho tiempo de caminatas por su habitación, y lo único que había conseguido era rechinar los dientes cada vez que se acordaba del hombre descabalgando y sonriendo triunfal a su alrededor. Y su sombrero, bailando entre sus dedos pálidos y largos como los de un pianista.

–Lady Sophie, su madre la llama. Al parecer, ha llegado algo para usted.–estaba tan ofuscada, que no se había dado cuenta de que llamaron a su habitación y que la doncella entró para ver si estaba despierta.

–Está bien, ahora bajo.

El ama de llaves, la cocinera, y por último su propia doncella,estaban reunidas en el salón charlando alegremente cuando ella bajó.Se cruzó con Tom, el que cuidaba los jardines y caballos, que la miró como diciendo "yo tampoco entiendo lo que pasa".

–Oh, lady Collingwood, son hermosísimas.

–¿De quién vendrán? No pone nombre.

–¿Son para lady Sophie?

–¿Qué ocurre? ¿Qué ha llegado?–las mujeres se desplegaron de su improvisada reunión cuando escucharon la voz de Sophie, que esperaba de pie con los brazos cruzados sobre la bata. Fue entonces cuando vio una gran cesta de rosas.

–Esto es para ti, hija. Acaba de llegar, y el repartidor está fuera esperando una respuesta.–dijo su madre con una gran sonrisa,tendiéndole la nota cerrada con lacre. Su felicidad no hacía más que aumentar la desconfianza de lady Sophie, quien creía que su madre ya se estaba imaginando cosas que no eran.

"Como el otro día no se quedó a recibirlo (y parece ser que tampoco tiene intención de salir de casa), aquí tiene su parte del premio, que me he permitido gastar en lo que creía conveniente.

Ahora espero recibir el mío."

"¡Maldito presuntuoso, esto no le habrá costado más de una libra!" Dobló la carta apresuradamente, antes de tener la tentación de echarla al fuego, y se la guardó en el bolsillo. El sello no era de los Cassidy, ése lo conocía bien, y sólo podía haber una persona que se permitiese hablar con tanta insolencia. La pregunta era: ¿cómo había conseguido el duque de Montrose su dirección?

Un engaño para el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora