39. Primera reunión familiar

6.7K 807 54
                                    

¡Hola a todos/as! :) Para este capítulo, he unido dos del documento original, porque si no, parece que no acaba nunca, y además, quedaba bien ponerlos juntos y disfrutar hasta el final ;) 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Hola a todos/as! :) Para este capítulo, he unido dos del documento original, porque si no, parece que no acaba nunca, y además, quedaba bien ponerlos juntos y disfrutar hasta el final ;) 

¡Sophie conoce a su familia política! Situación incómoda donde las haya, ¿saldrá airosa? :D

El pistoletazo de salida a los tres días de fiestas por el duque de Montrose comenzaban esa misma noche. Sophie, que seguía sin noticias de sus allegados, y con la única compañía durante el día de Kirk durante las lecciones y algún paseo con el señor O'Leary, se refugiaba de todo el ajetreo precisamente en el lugar más ocupado del castillo: las cocinas. Sentada en una esquina, comiendo uvas, se divertía viendo el estrés de las mujeres.

–Señora, si me dejase ayudarlas, no tendrían tanto trabajo...

–¡A callar! No necesitamos las delicadas manos de una dama... ¡debería estar preparándose para la noche, milady!

–Aún hay horas de sobra en el día.

Los gritos se interrumpieron momentáneamente cuando vieron llegar al tío del duque, Donald Graham, para supervisar el trabajo de la cena. Todas las trabajadoras se arreglaron y dejaron al hombre inspeccionar las verduras frescas, el estado de la carne y el menú. También intercambió algunas palabras con la jefa cocinera, que nadie escuchó. Cuando terminó de revisar todo, en el más estricto silencio y con la expresión menos amistosa del mundo, le dirigió una mirada a la joven para que lo siguiese.

–¿Qué se supone que está haciendo aquí, milady? Esto es un lugar de trabajo, no de diversión.

–Pensaba que mi misión como futura señora del castillo sería controlar el trabajo de los empleados. –respondió inocente, harta del tono siempre agresivo de ese hombre. Nunca le había hablado directamente, y para una vez que lo hacía, era para regañarla.

–No soy tonto, jovencita. Por ahora, lo único a lo que tiene que dedicarse es a estar callada y tranquila, sin llamar la atención. Después, ya veremos lo que hacemos con usted...

–¿A qué se refiere con eso?–lo detuvo ella antes de que subiese las escaleras.

–¿Qué es lo que quiere, muchacha?–el escocés clavó su mirada profunda en ella, atosigándola–¿No podía conformarse con Cassidy, que tuvo que ir a por mi sobrino? Él no está para juegos, va a ser el señor de las tierras de Montrose, y el referente para mucha gente.

–No soy ningún juego, milord. Y creo que se está equivocando con sus suposiciones.–replicó ofendida lady Sophie. ¿Ella, una oportunista? ¡Pero si no le gustaba nada más que la tranquilidad de su vida en Surrey!

–Oh, ¿no me diga? Pues yo creo que es bastante correcto que las damas sin posición ni fortuna como usted van enganchando a nobles con buena posición para sobrevivir y cumplir sus caprichos. Está claro que no le gusta esta tierra ni su gente, ¿qué quiere entonces? Puedo darle una cuantiosa suma, si de eso estamos hablando, y pagar los gastos de su viaje de vuelta. Estoy seguro de que en Londres hay más hombres dispuestos a encontrar a una esposa florero...

Un engaño para el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora