36. Alianza Irlanda-Inglaterra

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Tengo que aclarar, para todas las que pedís venganza de Sophie por el capítulo anterior, que va tardar...Ahora ella no se atreve a mucho porque está en territorio desconocido, y pasarán cosas muy liosas que harán que todo se enrede más, y blablabla...No os destripo más la historia xD

En este capítulo aparece otro personaje que me gusta mucho. Es una mezcla de Vignerot y papá Collingwood, porque es muy listo, tranquilo y sirve a Sophie para mantener los pies en la tierra y darle apoyo en esta nueva etapa. Digamos que es calmado como el papá, pero despreocupado como el francés (sin la cosa de perseguir faldas a todas horas jajajaja)

Por cierto, el título es una pequeña ironía, porque popularmente los irlandeses y escoceses no están nada contentos con Inglaterra xD

Un día entero pasó Sophie Collingwood sin tener noticias de nada. Llenó sus horas de ansiedad y aburrimiento con la limpieza y acomodamiento de sus cosas. Casi la mitad tenían que mantenerse en sus baúles dado que el espacio en la habitación era bastante reducido. Sólo la habían llamado para informarle de que el carruaje que llevaría de vuelta a su doncella ya estaba disponible.

No tenía ni idea de dónde podían estar ni el duque ni Kirk, pues cada vez que salía a recorrer el castillo, terminaba perdiéndose en todos los pasillos y habitaciones sin llegar a dónde quería. Si le preguntaba a cualquiera del servicio por los señores, le torcían la cara, pues nadie sabía quién era ella ni aun dando su nombre. La noticia de que una joven inglesa había llegado a casa de los Graham se había quedado en el círculo más cercano del duque.

–Me duele en el alma que te vayas ya. No hemos podido visitar el pueblo, y ni siquiera sé qué hago aquí, cuando está claro que no soy bienvenida. Ojalá pudiese regresar contigo.–dijo en el momento de la despedida, sujetando fuertemente los brazos de su eterna acompañante. Cuando ella montase en el carruaje, lo último que le quedaba de su casa partiría con ella.

–Sed fuertes, milady. Estoy segura de que cuando el duque se recupere, las cosas cambiarán.

"Ojalá tengas razón", pensó dolida, mientras la joven subía al carruaje despidiéndose tristemente con la mano. Sophie se quedó pocos minutos después completamente sola, sin saber a dónde ir. Miró a su alrededor: todo el mundo parecía tener algo que hacer. Por suerte, ya había escogido un vestuario más acorde y ya no la señalaban.

–Lady Sophie.–la llamó Kirk Graham, y a punto estuvo de echarse a sus brazos de puro alivio. Los ojos verdosos del joven sonrieron, entendiendo lo nerviosa que había estado–. Lo siento, he estado ocupado hasta ahora con mi hermano. Quería acompañarla en la despedida, pero ya veo que he llegado tarde.

–No hay problema. ¿Cómo está el duque?–el muchacho se sorprendió de la preocupación que destilaba la voz de la mujer. Creía que ella era más indiferente, pero se notaba que se moría de ganas por verlo.

Un engaño para el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora