54. ¿Volvemos a Escocia?

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¡Y llegamos a uno de mis capítulos preferidos! Alguien va a pasar un mal rato cediendo en su orgullo (puede parecer poca cosa, pero para él es de mal gusto)

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¡Y llegamos a uno de mis capítulos preferidos! Alguien va a pasar un mal rato cediendo en su orgullo (puede parecer poca cosa, pero para él es de mal gusto). Es corto, pero sí, vuelvo a ser mala, y quiero dejaros con la intriga :D

Para esta ocasión, os recomiendo poneros de banda sonora otra canción típicamente escocesa. Me he imaginado la escena con esa música, y se hace mucho más impactante. El tema se llama "Highland Cathedral", es a base de gaitas y tambores, y se puede encontrar fácilmente en Youtube. Podéis ponerla a reproducir cuando lleguéis a la parte que dice "[...] no era un zumbido, sino que se apreciaba una sucesión de notas." (lo siento, no quería destripar mucho jajajaj) Es sólo una sugerencia, por si queréis meteros más en la historia :)

Los barones Collingwood pasaron dos días consolando a su desolada hija. No dormía por las noches, no comía durante el día, y parecía haber recaído en la depresión que la trajo de vuelta a casa. Ni siquiera contarle las graciosas anécdotas de cómo se conocieron la animaban. Ella siempre decía que sirvió para ellos, pero que no se repetiría en su caso.

–Está terriblemente afectada. No sé qué podemos hacer.–sus padres se habían reunido en el salón a solas después de comer, cuando Sophie regresó a su habitación. La madre estaba desesperada; todo aquello estaba afectando a sus nervios también.

–Bueno, recuerda que tú tampoco te lo tomaste muy bien cuando te dije que había apostado con Alistair a que te hacía mi esposa en menos de un año.

–Tú estabas enamorado de mí antes de eso, y yo lo sabía, tonto. Además, lo único que hice fue enfadarme mucho y pegar un par de gritos a los dos.

–Creo que Sophie se lo ha tomado más en serio. El problema es que desde el principio no ha confiado en lord Graham, ni él en ella, y así es imposible.–razonó su padre, un tanto preocupado.

–Querido, es normal que no confíe en nadie. ¿Cuántas veces has escuchado que se burlaban de tu hija? ¿Cuántas veces la han insultado por su ropa, su linaje o su belleza? Es lógico que desconfíe de aquellos que le brinden buen trato...

–Pues tiene que aprender a abrirse un poco más y escuchar menos a esas lenguas de víboras.–el timbre sonó para interrumpir la charlas de los dos esposos–. Oh, creo que ya deben estar aquí.

–¿A quién has invitado?

–¡Buenos días, lord y lady Collingwood!–anunció la alegre voz de lady Angela. Tras ella venían los hermanos Payne, componiendo una expresión de disculpa por el excesivo entusiasmo de su amiga, y sus pertenencias–. Ya ha llegado el equipo de rescate.

–¡Oh, es perfecto! ¡Me encantará teneros aquí! Aunque Sophie no ha dejado que nadie se acerque mucho a su habitación.

–Eso no será problema. Nos quedaremos aquí un par de días, si no les molesta.–lady Angela no tenía problemas en arreglar los hogares de los demás como si fuesen el suyo, pero con los Collingwood había una relación tan estrecha que no les ofendía–. Vamos a ver qué tal está la paciente.

Un engaño para el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora