3. Sin pelos en la lengua

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Voy a pedir disculpas por adelantado a los lectores que conozcan mejor detalles de la época victoriana, porque igual yo pongo situaciones que serían un poco "irreales" o "escandalosas", pero bueno, ya digo que no soy experta, ¡jajaja! Y también qu...

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Voy a pedir disculpas por adelantado a los lectores que conozcan mejor detalles de la época victoriana, porque igual yo pongo situaciones que serían un poco "irreales" o "escandalosas", pero bueno, ya digo que no soy experta, ¡jajaja! Y también quiero agradecer el apoyo que me estáis dando, ¡espero que os siga gustando!

En este capítulo me parece que o se odia o se ama a lady Sophie para el resto de la historia. Es un personaje con bastante carácter, como veréis...

–Parece que Angela sí.–dijo extrañado Jacob. Lucy acababa de soltar a su bailarín y se reunía con ellos, igual de desconcertada y maravillada.

–Es un hombre muy atractivo. Qué suerte tiene su familia, ¡lo tiene todo!

Lady Sophie guardó silencio para escuchar sin pudor los comentarios que murmuraban las mujeres mayores sobre los recién llegados.

"Lord Cassidy ha estado viajando por el continente muchos años, y sirviendo a Su Majestad en el ejército"

"Ya era hora de que volviese a casa a formar una familia"

"Fíjate en ese traje que lleva, ha debido de amasar fortuna con algún negocio, ¡silo viesen sus padres...!"

"Ha traído a sus amigos, esperemos que no estén comprometidos y sean buenos partidos para nuestras niñas"

"¿Pero tú dejarías a tu hija con esos extranjeros?"

Hastiada,dejó de lado las conversaciones para volver al su presente, en el que lady Angela se acercaba sonriente del brazo de su primo. Era un hombre que irradiaba encanto y cortesía por todos los poros de la piel. Con una sonrisa y un par de agasajos verbales, era capaz de crear amigos hasta en el infierno. Lady Sophie puso su mejor sonrisa de cortesía, creando un perfil mental del posible hombre que era lord Cassidy (era una de sus mejores cualidades, analizar al detalle a aquellos que conocía): amable, encantador y virtuoso gracias a que no tenía ningún tipo de problema. Su título era lo suficientemente importante como para hacerlo participar de todos los eventos sociales; su fortuna no se veía tan afectada como las de otros nobles en decadencia, y su atractivo personal terminaba por rematar la jugada del perfecto hombre para toda suegra.

Sí,un gran partido, pensó ella, y como Sophie todas las jóvenes damas que observaban interesadas el intercambio en esos momentos. El problema es que a ella le gustaban las cosas un poco más difíciles,más pasionales, y lord Alexander Cassidy era la sencillez personificada. Toda mujer esperaba una vida simple y fácil a su lado; siempre y cuando tuviese las aptitudes para conseguirlo. Por suerte, ella no era el tipo de mujer que se esperaría para una delas promesas del futuro de Inglaterra. Por eso, aunque por un momento el pensamiento de que le gustaría que fuese su esposo pasó como un rayo por su mente, su corazón lo desechó más rápido de lo que había llegado.

–Alexander,estos son mis amigos. Lady Sophie Collingwood, y los hermanos Jacob yLucy Payne.–dijo radiante de felicidad la joven. Él los saludó con una sonrisa cortés desde su imponente altura–. Estaba deseando presentaros a mi primo, lord Alexander Cassidy. Ha estado viajando desde muy joven y no he tenido oportunidad de presumir de él.

Un engaño para el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora