Capítulo 26 - Totalmente hermosa.

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El taxi me dejó en la entrada de la casa, le pagué y bajé de él. Al entrar, tuve que agacharme para que la loca no me mandara al hospital.

Había arrojado un jarrón a la puerta y casi me da en la cabeza.

—¡¿ESTÁS DEMENTE?!—grité levantándome.

—Esa Julie... ¡ESA MALDITA PELIRROJA SE LAS VERÁ CONMIGO!—gritó arrojando un plato de porcelana a la pared.

«Si supieras que Julie está frente tuyo»—pensé.

—¡¿Quién se cree para besar a Bradley?!—un vaso de cristal ahora fue arrojado.

—Eh, su novia—dije obvia—¿Estás rompiendo todo a tu alrededor sólo porque ella besó a su novio?

—¡No es sólo un beso!—dijo tomando una vaca de cristal—Acepto que él tenga novia, ¡Pero no que la bese! Eso podría significar que la ama, y si la ama le puede proponer matrimonio, y si le propone matrimonio se pueden casar, y si se casan pueden tener hijos ¡Y NO QUIERO QUE BRADLEY TENGA HIJOS CON ALGUIEN QUE NO SEA YO!—la arrojó hacia la pared.

—¡Basta!—la tomé de los brazos—O terminarás arrojándome a mi cuando ya no tengas nada.

—¡Pero es que..!—y rompió a llorar, poniendo su cabeza en mi hombro—No puede hacerme eso, ¡No puede! Ya planifiqué nuestra boda, incluso en qué escuela estudiarán April, Laurie, Ella y Bradley Junior—dijo entre sollozos.

Levantó la cabeza y yo la vi con una ceja alzada—¿Y ellos son?

—Nuestros futuros hijos—jadeó—Descuida, tú serás la niñera de los cuatro, así que los verás muy seguido.

¿Será que los psiquiatras son costosos? Mi hermana necesita uno con urgencia.

—La abuela te matará cuando vea lo que hiciste—la solté para ver los muchos pedazos de vasos, platos, jarrones, tazas, tazones, adornos y más; esparcidos por doquier.

—No es así, cuando le dije a Lisa que quería romper algo, me entregó una caja con muchas cosas que la abuela no usaba y estaban en el ático—dijo ya algo calmada.

—Bien pero, ¿No vas a limpiar esto? Alguien podría herirse—caminé cuidadosamente hacia la cocina.

—Obvio, pero luego. Aún no termino de romper todo—dijo siguiendome.

Tomé una galleta con chispas de chocolate que la abuela esconde en un tarro que reza "Medicamentos de Loretta".

Ella cree que nadie sabe de su secreto, pero todas ya la hemos visto más de una vez tomar las galletas de ese tarro.

—¿Y qué piensas hacer ahora?—me apoye en el borde de la isla mientras le daba un mordisco a mi galleta.

—No sé exactamente cómo, pero atraparé a esa idiota y le jalaré esas extensiones rojas a las que llama cabello—hizo un puño con su mano derecha, con el cual golpeó su mano izquierda.

Tosí expulsando trozos de galleta al aire.

Si ella llegara a quitarme la peluca y se enterase de la verdad, me aniquilaría con sus propias manos.

El solo hecho de pensarlo me pone la piel de gallina.

—¿Estás bien?—preguntó extrañada.

—Si, solo tragué mal—golpeé mi pecho para calmar la tos—¿Y q-que piensas hacerle cuando la tengas en tus manos?

—Enviarla en un vuelo al triángulo de las bermudas, para que se pierda y no vuelva a estar al lado de mi Brady—sonrió cual gato de Alicia en el País de las Maravillas—Bueno, me voy a la sala a seguir rompiendo cosas—hizo un ademán con la mano y se fue.

Sigueme La Corriente➡️Bradley Steven Perry y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora