Capítulo 8 - ¡¿Dónde está mi celular?!

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Mini Maratón 2/3

Después de tanto convencer a Bradley que no diría nada a nadie, dejó que me fuera, pero tendría que volver mañana. Pff ¡Que iluso! Claro que no volveré, ya me dejó libre, ya no hay problemas. No sabe en donde está la casa de mi abuela, no tiene mi número telefónico, no puede encontrarme. ¡Eres lista, _______!

Al llegar a casa, Sidney comenzó a interrogarme.

—¿Por qué vienes hasta ahora? ¿Dónde has estado todo el día? ¿Bradley te atrapó? ¿Te llevaron los policías? ¿Te fugaste? ¿Encontraste un pejelagarto?

—¡Para de hacer preguntas! ¿Quieres saber? Pues entonces no me hubieras abandonado, traicionera—la reproché con mi dedo amenazador—Y ¿Qué rayos es un pejelagarto?

—No lo sé, lo acabo de ver en Monsters Inc—rió— Disculpa... Es que entré en pánico... Además tardaste en salir.

—¡Niñas! ¡Dejense del blablabla y vengan a cenar de una vez por todas!—interrumpió la abuela, apareciendo de la nada  

Aveces pienso que mi abuela tiene complejo de hechicera, bruja o algo por el estilo

—Ya vamos abue, solo terminamos de conversar—sonreí

—Pues es mejor que se apuren, si no quieren comer las sobras—dijo yendo hacia el comedor

—¡_______! ¿Me vas a decir porque apareces hasta ahora? Si no lo haces, le cuento a mamá y papá sobre la tubería—canturreó

¡Joder! ¡Esto si es traición! Me dijo que si la acompañaba a acosar a Perry en persona, no iba a contar nada, y después que fui con ella, arriesgando mi libertad, ¡Me vuelve a amenazar con lo mismo!

En este mundo, no se puede confiar en nadie

—Vale, te cuento—dije levantando las manos en son de paz—Pues luego de escapar y ver que te habías llevado el jeep... Caminé por la ruta que supuse me traería a casa. Pero terminé perdida, y pedí indicaciones en un restaurante de comida rápida, cuando me dijeron que estaba a unas calles de mi destino, pedí un taxi, el cual me trajo hasta aquí—sonreí inocente

Ella me observó con los ojos entrecerrados, desconfiada—Si estabas perdida, ¿Por qué no me llamaste para que fuera por ti o usaste Google Maps?

—Porque...—buscaba una respuesta convincente—Me quedé sin pila, de hecho, voy a cargar mi celular, bajo enseguida—dije corriendo a las escaleras, subí a mi habitación y suspiré aliviada

Era obvio que no le podía contar a Sidney sobre mi trato con Perry, porque de todos modos ni siquiera lo cumpliría. Además, si le decía que había aceptado ser la "novia" de su crush platónico—aún si es todo una actuación para que éste no me acusara con la policía—seguro me mataría

Busqué mi celular en los bolsillos de mi jean y no lo encontré, oh no, esto no puede estar pasando. Busqué en el pequeño bolso que llevaba conmigo y tampoco estaba allí. Rebusqué como loca en toda mi habitación y tampoco lo encontré. Bajé con el corazón acelerado y comencé a buscarlo en la sala, pero no había señales del mismo

Sería mejor buscarlo luego, cuando estuviera menos alterada, así que me senté en el comedor y comencé a comer mi hamburguesa

—Oye _______, ¿Que tal te fue en tu día solitario?—me preguntó Lisa, sirviendo el refresco

—Eh... ¿Cuál día solitario?—pregunté desentendida

—Tu día solitario de cada mes, ya sabes, el día en que pasas sola para conectarte con tu _______ interior, la causa por la que decidiste quedarte sola en la playa—Sidney sonrió mientras me daba una mirada diciéndome "finge que sabes de lo que hablo"

—Ah... Mi día solitario, claro. Pues, genial, de hecho ahora me siento mucho mejor conmigo misma

¿Día solitario? ¿Ens erio esa fue la mejor excusa que Sidney pudo inventar? Cada vez me decepciona más

[...]

Me desperté temprano, un poco antes que las demás, decidida a buscar mi celular, no había dormido bien pensando en donde podría estar.

Busqué por toda la casa, exceptuando las habitaciones de Sid, la abuela y Lisa, pero no había encontrado mi celular. De pronto, vino a mi una ¿Gran? Idea.

Tomé el teléfono convencional y marqué a mi número, así cuando sonara, podría saber en donde estaba. Al tercer timbre, alguien atendió ¿Que diablos?

—¿Hola?—dijeron del otro lado de la línea. Era una voz masculina, la cual podría reconocer cuando sea. ¡No puede ser! Mi plan no iba a funcionar

—¡¿Cómo y porque tienes mi celular?!—grité alterada

—Calmate rubia, se te quedó aquí ayer, pero descuida, cuando vengas, te lo daré. ¿Quién olvida su teléfono?—soltó una risilla

—Solo diré que es un error de humanos olvidar los teléfonos

—Si, pero es de tontos olvidarlos cuando planeas no volver a ese lugar—rió—Ay rubia, deberías ver más películas de agentes secretos

—Bueno ya, deja de burlarte de mi. Iré a tu casa por la tarde ¿Vale?, ahora que ya se donde está mi celular puedo estar más tranquila

—Vale, pero ¿No quieres que...?

Y el castaño no pudo terminar de decir lo que iba decir, pues corté la llamada en cuanto vi a mi abuela bajar las escaleras

—Buenos días linda

—Buenos días abue

—¿Con quién hablabas?

—Ah... Pues...—alguien tocó el timbre—Yo voy

Salvada por la campana

Corrí hacia la puerta y abrí. Enseguida en mi rostro se formó una gran sonrisa y estaba muriendo de alegría

—¡Mackenzie!—me lancé a abrazarla, ella me correspondió

Mi mejor amiga estaba aquí

Sigueme La Corriente➡️Bradley Steven Perry y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora