Capítulo 37 - Deseo de cumpleaños II.

555 50 11
                                    

Pasaba el tiempo y no habían señales del castaño, lo intenté llamar unas cuantas veces, pero no respondía.

Eran las ocho en punto y algunas de las señoras comenzaron a irse, quedando sólo tres, quienes estaban bailando con mi abuela. El tío Luca se había tomado un descanso y conectó su teléfono con el parlante para poner la música, mientras hablaba con Lisa en la cocina.

Andrew ya se había cansado de andar corriendo por allí y terminó durmiendo en la habitación de la abuela. Sidney, Mackenzie, Gavin y yo estábamos platicando en el sillón, cuando escuchamos el timbre sonar.

Enseguida me levanté y fui a la puerta, tenía la pequeña esperanza que todavía apareciera Perry, y al abrir la puerta, mi espera había terminado finalmente.

-Hola-sonreí.

-¿Aún no es tarde?-dijo en un tono culpable, negué con la cabeza-De verdad lamento venir hasta ahora, tuve unos inconvenientes y...

-No pasa nada, Bradley-lo interrumpí-Comprendo lo ocupada que es tu vida.

-Pero no es tan ocupada como para no venir al cumpleaños de mi novia falsa-mencionó, provocando que riera-Por cierto, te ves hermosa.

Sentí mis mejillas calentarse-Gracias. Bueno... pasa-me hice a un lado para que pudiera entrar.

-La verdad... Estaba pensando en llevarte a un lugar fuera de la fiesta, ¿qué dices?

La oportunidad perfecta de poder hablar con él a solas se había presentado, claro que no la iba a despreciar.

-Vale, déjame avisarle a mi abuela, vuelvo en un segundo-corrí hacia la mencionada, quién aún estaba bailando-Lory, saldré con un amigo un rato, ¿si?

-Está bien cariño, pero ten cuidado con los cocodrilos.

¿Qué tiene esta señora con los cocodrilos?

Volví con el chico y salí de la casa para entrar en su auto. Tomó una caja rosa con rayas blancas y un moño negro en la tapa, del asiento trasero.

-No sabía qué obsequiarte, pensé en tantas cosas convencionales como flores, ropa, peluches, joyas, maquillaje, pero aún no estaba convencido de ninguna, hasta que un pajarito me dijo que te gustan mucho los pandas y me decidí por lo que está en la caja-relataba para al concluir, entregarme dicha caja.

La abrí y saqué lo había adentro. Solté un chillido de emoción al ver que se trataba de una pijama de panda, como esas que están de moda, era muy linda a decir verdad.

-¡Gracias, gracias, gracias!-me lancé a abrazarlo.

-De nada-correspondió a mi abrazo-Aunque debo admitir que es también gracias a Gavin que la conseguí, pues la compramos en la tienda donde él compra sus pijamas de minions.

Nos separamos para luego reírnos de lo que acababa de decir. Regresé la caja al asiento trasero y Bradley encendió el auto para comenzar a conducir.

Le pregunté varias veces a dónde nos dirigíamos, pero siempre contestaba "lo sabrás cuando lleguemos". En todo el camino pasamos cantando cada canción que sonaba en la radio, fue muy divertido.

-Bien... Llegamos-estacionó el vehículo.

Pude observar que estábamos al lado de lo que parecía ser una colina.

-¿Estamos en el bosque? ¿Acaso quieres que me coma un oso?-salí del automóvil.

-No estamos en el bosque, seguimos en la ciudad-fue hacia la maletera, la abrió y sacó una canasta-Ahora, subiremos la colina para tener nuestro picnic nocturno.

Sigueme La Corriente➡️Bradley Steven Perry y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora